En la Ciudad de México tenemos la costumbre de celebrar las victorias yendo al Ángel de la Independencia, situado en la glorieta donde convergen Paseo de la Reforma, Río Tíber y Florencia. Para nosotros los mexicanos, este monumento es un símbolo de la victoria, de las batallas ganadas, una celebración de la libertad. Pero ¿conoces su origen?
Este monumento emblemático, cuyo nombre original es Monumento a la Independencia, se erige en honor a los héroes que nos dieron patria y libertad.
Se inaugura en 1910, como conmemoración al centenario de la Independencia de México. Aunque ya se tenían planes de construir un monumento que representara dicha lucha desde mediados del siglo XIX.
Durante la presidencia de Santa Anna se realizó un concurso con el fin de erigir una columna honoraria de mínimo 42 metros de alto, rematada por una estatua de la victoria cuyo pedestal estuviera adornado por estatuas y bajo relieves. Se eligió la obra de Lorenzo de la Hidalga. Sin embargo, aunque se empezó la construcción, esta nunca se terminó. Se retomó el plan durante el Segundo Imperio Mexicano de Maximiliano de Habsburgo, sin embargo, tampoco se finalizó.
Fue durante el Porfiriato que se decidió darle conclusión al proyecto. Se colocó la primera piedra en 1902, sin embargo, cuando ya llevaban cerca de 25 metros de construcción, se percataron del hundimiento de uno de los lados. Se tuvo que demoler todo y volver a empezar. Se nombró entonces una Comisión Directiva a cargo del proyecto. En ella se encontraba el arquitecto Antonio Rivas Mercado a cargo de la obra artística. Se reinició la obra en 1907 y Porfirio Díaz la inauguró el 16 de septiembre de 1910.
En 1923 se trasladaron los restos de varios héroes mexicanos al Ángel. En 1957, la Ciudad de México sufrió un devastador terremoto que desprendió a la estatua de la Victoria Alada de su pedestal tirándola al suelo, con el impacto quedó destruida. La restauración del monumento quedó a cargo de Ernesto Sodi. A esta construcción la reforzaron con estructuras metálicas. En 1985, ocurrió otro terremoto que, si bien no destruyó al Ángel, sí ocasionó daños a varias obras del monumento y requirió restauración, las cuales estuvieron a cargo de Ramón Bonfil.
Hoy en día es nuestro símbolo de victoria donde todos los mexicanos prometemos ir si ganamos una batalla, un partido de fútbol o para reuniones masivas. Y tú, ¿qué has ido a celebrar al Ángel?