Adentrado en la selva potosina, Las Pozas, el Jardín Escultórico diseñado por sir Edward James es un lugar lleno de magia, de rincones surrealistas, donde la fantasía convive con la naturaleza, el sueño con la realidad y el arte se apodera de todos los escenarios.
Edward James (Escocia, 1907) fue un poeta, coleccionista de arte, mecenas y diseñador. Fue amigo cercano de personajes como Coco Chanel, Salvador Dalí, René Magritte, Man Ray, Max Ernst, Aldous Huxley, Henry Moore, entre otros. Viajó a México por primera vez en 1945, para visitar a unos amigos en Cuernavaca. En noviembre de ese mismo año llegó a San Luis Potosí en busca de una orquídea salvaje. En 1947 adquirió una plantación de café que a la postre convertiría en su extraordinario jardín. En la década de los sesenta, después de haber vivido varios años en Xilitla, construyó Las Pozas con la idea de crear algo que “el mal tiempo no pudiera matar”. El diseño del lugar fue inspirado por la vegetación de la Huasteca –principalmente por las orquídeas– combinando elementos arquitectónicos del surrealismo: columnas que no sostienen nada, escaleras que no llegan a lugar alguno, puertas en medio de la selva, figuras sin sentido. En sus propias palabras: un santuario “para que fuera habitado por mis ideas y mis quimeras”.
Algunas de las esculturas son el pasillo de las siete serpientes, que simboliza los siete pecados capitales; la Casa de los Peristilos, “una casa que tiene alas y en la noche canta”; las manos del gigante; el palacio de bambú; la casa de los pericos; la casa de tres pisos que podrían ser cinco; el templo de las dos columnas; la escalera al cielo; y la recámara con techo en forma de ballena.
Sin lugar a dudas es un lugar que vale la pena visitar, vivir y soñar.