¿Ver un documental? ¡Qué aburrido!
¿Has escuchado esto antes? Es más, ¿te has sorprendido pensándolo o diciéndolo?
Eso cambia cuando conoces la obra de Emilio Maillé.
Emilio se mueve como pez en el agua cuando de dirigir documentales se trata. Desde Los años Arruza, ese primer documental por el que recibió el premio FIPA en el Festival de Cine de Biarritz en 1997, Maillé ha filmado un largo número de documentales de gran calidad, nominados unos y ganadores otros de importantes premios de cine.
El Buñuel mexicano, Miradas múltiples (La máquina loca) o Teodoro, en concreto, son ejemplos de la maestría de Maillé detrás de la cámara documental. Ahora, nos deleita con su nueva producción: Poetas del cielo.
Hace veinte años, una mascletá valenciana le sugirió a Emilio que podría hacer un documental sobre pirotecnia. Dos décadas después, se estrena el esperado resultado de este proyecto.
Grabada en cinco países diferentes, Poetas del Cielo es una experiencia estética que muestra las entrañas del arte de la pirotecnia, una ventana a la trastienda en la que se fabrican y se prenden esos fuegos artificiales de los que sólo vemos el resultado final y sobre los que poco nos preguntamos qué tuvo que ocurrir y quién tuvo que intervenir para alcanzar el colorido resultado del que disfrutamos.
Ahora que ya está en cines, la mejor persona para invitarlos a ver este artístico y colorido documental es el propio Emilio. Aquí las palabras que nos compartió en exclusiva para Mexicanísimo: