Imaginemos el suceso: dos días antes de la inauguración de una magna exposición se realizó el golpe de estado en Chile contra el régimen de Salvador Allende.
Era el 11 de septiembre de 1973. Una importante colección de 169 obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco había llegado unos días antes para ser exhibida en el Museo de Arte de Santiago a partir del día 13, y atestiguó involuntariamente los hechos. El recinto fue atacado por tanquetas con ametralladoras que, además del dolor causado al pueblo chileno, lesionaron algunos cuadros –afortunadamente, ninguno de la colección mexicana–.
Recuperar dichas obras, reempacarlas y enviarlas de regreso –sin haberse exhibido, por supuesto– fue una aventura que, si no fuera por el drama que se vivió en Chile durante esos años, parecería cinematográfica, cuyos actores principales fueron el embajador Gonzalo Martínez Corbalá y el curador Fernando Gamboa, quienes debieron mantenerse a resguardo e impedidos por el toque de queda durante los primeros días, antes de averiguar el destino de aquel tesoro y trabajar en su repatriación.
46 años más tarde, el Museo de Arte Carrillo Gil recupera la memoria de aquel suceso y exhibe dicha colección única, junto con referencias históricas del acontecimiento, donde destacan el catálogo de la exposición con una nota introductoria y el que es tal vez el último texto de Pablo Neruda –que moriría 12 días más tarde–. Si te gusta el arte, disfrutarás el recorrido de la mano de la historia; si te gusta la historia, verás cómo esta influye en el arte y cómo puede convertirse en su enemiga.
Recorrer la exposición es un doble placer; por una parte, la innegable calidad de las obras integradas en esta colección, de tres de nuestros pinceles más reconocidos del siglo XX, y por otra las dificultades a las que se enfrenta el arte cuando la violencia se apodera de la inteligencia. Disfrútala, digiérela con calma, acércate a los recortes de periódico que hablan de esos días y a los datos de los primeros exiliados entre los que venían la viuda y las hijas de Allende. No tienen desperdicio.
La exposición continuará hasta el 5 de mayo, en el museo que resguarda la colección del médico yucateco Álvaro Carrillo Gil y está ubicado en Avenida Revolución y Altavista, en la capital mexicana. Es sinceramente imperdible.
Fotos: Gabriel Gallardo Estandía.