En muchas partes del mundo se celebran la Navidad. En cada sitio todo lo relativo al nacimiento de Cristo se pinta de diferentes colores y con diferentes trazos. México no es la excepción; según el tiempo y el lugar se añaden o restan particularidades. Te presentamos estos datos que posiblemente no tenías ni en cuenta al momento de celebrar.
1. El origen de la rosca de Reyes
Cada vez que partes la rosca de Reyes con tus amigos o con tus familiares, seguramente no te detienes a pensar cuál es su origen, cómo llegó a ser tan mexicana, tan nuestra. Pues bien, su historia, no como rosca propiamente, se remonta a la Edad Media, donde unificaba en sí la simbología del Niño Jesús y la de los Reyes Magos. En su momento, en lugar de un muñequito de plástico, se colocaba una moneda o una figurilla de porcelana; a quien le salía podría augurársele una buena suerte. En México, para darle un vuelta de tuerca más, se ligó el premio de la rosca con el día de la Candelaria, fecha que supondría el fin de la cuarentena de María y una buena tamaliza.
2. El arbolito navideño, de tiempos de Maximiliano a nuestros días
Aunque cada año sea la misma discusión de quiénes ponen el árbol y de quiénes lo recogen, el árbol de Navidad es prácticamente imprescindible en cada hogar que guste de estas fechas. Su origen es remoto e intrincado; sus albores datan de las épocas heroicas nórdicas, pasan por una serie de persecuciones y resignificaciones en la antigua Europa y, a partir de las revoluciones industriales se plantan en cada hogar. En México echa raíces durante el nimio imperio de don Maximiliano de Habsburgo y florece durante el Porfiriato. A partir de ahí, lo demás es cuento. Hoy uno puede ir a cortar su pinito y dejar sembrado otros más par el futuro.
3. Las posadas
“E-en el nombre del cie-e-elo…” todos hemos cantado por lo menos una vez en la vida ese primer verso que anuncia la petición de posada. Podría decirse que las posadas son nativas de América. En México, quizá por ser el Virreinato de mayor peso, se extendieron y enclavaron más en las costumbres regulares. A partir del siglo XVIII se tomó como una tradición doméstica; hoy en día en ellas se conjuntan otras muchas tradiciones; en suma toda una fiesta. Todavía hoy, en algunas partes, se acostumbra a dar el aguinaldo una vez terminado todo.
4. La pastorela original
Hay algo en nuestra sangre de mexicanos que hace que nos sintamos fatalmente atraídos por las pastorelas. ¿A quién no le gusta ir a ver cómo unos pastorcitos son tentados por el diablo? Pues bien, aunque hay muchas versiones de pastorelas, el modelo que se sigue es “La adoración de los Reyes Magos”, de Fray Andrés de Olmos. Hay una pastorela poco conocida, hecha para actores profesionales, se llama “La noche más venturosa de José”; Lizardi trata de contar a su manera la pastorela, pero en el paso se la va un pequeño retrato de la identidad naciente, es decir, la identidad mexicana.
5. La piñata evangelizadora
Nadie sabe a ciencia cierta quién o dónde o cuándo se colgó la primera piñata. Lo que poca gente sabe, al momento de estar vendados de los ojos e intentar darle a la piñata, es que las piñatas, de menos, vienen de España. Ahí igualmente tenían su día específico para quebrarse. Como muchas otras cosas, las piñatas cruzaron en océano Atlántico; y como muchas otras cosas se afianzaron a su modo, gracias a la evangelización. La tradicional piñata, muy mexicana, con siete picos, no ha cambiado mucho desde su creación en el convento de San Agustín, hoy Estado de México.
6. El espíritu navideño de Carlos Pellicer
El poeta tabasqueño Carlos Pellicer decoraba cada año su casa en las Lomas de Chapultepec con un nacimiento diferente. Igualmente, cada año escribía un poema a ese nuevo nacimiento. Hoy día se pueden leer todos juntos en “Cosillas para el Nacimiento”.
Foto:
- Karina Flores.
- «152/365 – Rosca de Reyes» por ray_explores, CC BY 2.0.
- «Abetos Navidad» por Centro de Jardineria Dali, CC BY-SA 2.0.
- «Nativity» por get directly down, CC BY 2.0.
- «MX GR PASTORELA EL CONTRARIO LUZBEL» por Secretaría de Cultura Ciudad de México, CC BY-SA 2.0.
- «Ya merito» por yankara, CC BY 2.0.
- Cortesía Archivo General de la Nación / Fondo Hermanos Mayo.