La naturaleza benéfica les preparó a todos los mortales tierra; y en este sentido ¿Qué tierra más rica que la nuestra?
José Joaquín Fernández de Lizardi
Si eres de las personas que aman la tranquilidad, estar en contacto directo con la naturaleza, sentir la brisa del mar sobre tu piel y estar rodeado de gente cálida, sin duda tienes que visitar Huatulco un pueblo pequeño en cuanto a territorio, pero vasto en belleza. Una vez que pones los pies en él, no querrás irte.
Muy al sur del nuestro país, en un rincón del estado de Oaxaca rodeado de montañas pertenecientes a la Sierra Madre del sur se encuentra Huatulco, nombre que se deriva del vocablo náhuatl Quahutolco «Lugar donde se adora el Madero.» Evidentemente el encanto de Huatulco se ve reflejado en sus 9 bahías y 36 playas, rodeadas de abundante vegetación, temperaturas que van de los 20°C como mínima y 38°C como máxima, y un clima que te hará sentir prácticamente en verano durante todo el año.
Pero lo acogedor no solo está en el clima, sino también en la gente costeña que habita Huatulco. Si caminas por el centro «La crucecita» encontrarás artesanías típicas del estado de Oaxaca y Chiapas, elotes y esquites alrededor del parque central, además de la pintura de la Virgen de Guadalupe más grande del mundo en la iglesia de la Crucecita. ¿La imaginas?
Aunque Huatulco es reconocido por la belleza natural que posee, aquí también podrás sumergirte en la deliciosa gastronomía, ¿qué tal unos camarones a la mantequilla, un filete de pescado o tan sencillo como deleitarte con mariscos frescos? Pero eso no es lo único también puedes comer unos deliciosos tamales y acompañarlos, si tienes suerte y madrugaste, con un exquisito atole de granillo. También gozar de un trago en los pequeños bares de la población, practicar rafting, rappel, buceo o simplemente disfrutar del amanecer y del ocaso desde uno de los múltiples miradores con los que cuenta Huatulco. Llegar a ellos a veces es complicado pero al final vale la pena y siempre obtendrás una excelente vista al mar desde ellos.
Mis lugares favoritos siempre han sido los miradores, y estoy segura que también podrían convertirse en los suyos, porque ahí puedes sentarte y despejar la mente mientras tomas una cerveza, fumas un cigarrillo, o lees un libro mientras observas el mar que te transmite paz y energía positiva.
Para terminar, no puedes dejar pasar la oportunidad de degustar un buen mezcal en este maravilloso destino Oaxaqueño, donde lo único que te hará falta será tiempo para adentrarte en nuevas aventuras.