El Rally Universitario del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) se ha convertido en un espacio de experimentación de jóvenes talentos de distintas partes del país. El proyecto del cortometraje Están curados de Gustavo Adolfo Ambrosio, colaborador de Corre Cámara, fue seleccionado para participar en la séptima edición del Rally del GIFF, que se llevará a cabo del 22 al 24 de julio en la ciudad de Guanajuato donde participarán ocho equipos. El concurso consiste en grabar un cortometraje de cinco minutos de duración en 48 horas, con locaciones de la ciudad de Guanajuato y actores profesionales. Se otorgan dos premios, el del jurado y el del público.
La historia está centrada en Juan Pablo, un joven que es descubierto por su madre teniendo sexo con su novio. Debido a esto, es enviado a una terapia de curación de homosexualidad que consta de 10 pasos. Corre Cámara tuvo oportunidad de charlar con Gustavo Ambrosio y esto fue lo que nos contó.
Corre Cámara (CC): ¿Qué te animó a participar en el Rally Universitario del GIFF?
Gustavo Ambrosio (GA): Creo que el Rally es un gran lugar para dos cosas: aprender y estar en comunicación con un gran público. Eso fue lo que me animó. El Rally te ofrece –más allá de ser un concurso– la oportunidad de hacer cine, de ser profesional, de vivir la experiencia del cine fuera de un aula. Es un gran reto y creo que eso me motiva a aprender.
“Sobre comunicar, creo que en cuanto el corto se puede proyectar ante cientos de personas en un festival tan importante como el de Guanajuato, abres campos de interacción, entras en contacto con muchos puntos de vista y es interesante poder encontrarse con ellos y con tu visión del mundo, que en este caso, viene implícito en el corto.
CC: ¿Cómo surge la idea de Están curados, de dónde viene el título?
GA: La idea surgió desde hace mucho tiempo. En 2010, salió una nota en los periódicos sobre una terapia grupal para curar la homosexualidad, promovida por la arquidiócesis de León, en Guanajuato. Había escuchado que existían esas terapias en Estados Unidos, pero nunca en México. No supe si reír o llorar, era totalmente absurdo, un programa de diez pasos, como si fuera una enfermedad similar al alcoholismo.
“Desde entonces me perseguía la idea de hacer algo sobre el tema. Viene el Rally, y de varias historias que se me ocurrieron, elegí esta. La verdad es que pensé que era muy arriesgado, en algún momento creí que no la elegirían, pero bueno ahí está.
“El título viene precisamente de esas terapias, como las que realiza Richard Cohen en Estados Unidos o miles de estafadores de grupos religiosos que te venden la idea de curar la homosexualidad, las cuales están proliferando en México. Evidentemente saben que hay caldo de cultivo para que mucha gente caiga en sus manos, sobre todo por el contexto sociocultural en que vivimos. Entonces, con el título se busca precisamente esa ironía de la curación: ¿Qué hay que curar, qué significa estar curado?”.
CC: A nivel cinematográfico ¿qué películas o directores ejercen una influencia sobre tu corto? Pienso en Julián Hernández en México…
GA: Julián Hernández es un director que respeto, tiene una gran visión para la estética y las atmósferas de sus películas, pero no es alguien con quien conecte en el fondo y forma de sus historias. Influencias directas, para el tipo de historia y la estética, busco algo similar a lo que logró Xavier Dolan en Laurence Anyways o la ironía melodramática de Aki Kaurismäki. La atmósfera envolvente de Dolan, que acompaña el ritmo y la trayectoria de sus historias; la ironía y la crítica cruda y sarcástica de Kaurismäki, aunque claro, solo son influencias, veremos qué tal me va a mí.
CC: Aunque el país se ha abierto a la diversidad sexual en años recientes, ¿cuál consideras que sea la situación real de este debate en México, cuáles son los escollos que faltan salvar?
GA: Hay una palabra que ha hecho mucho daño al asunto de cómo la sociedad toca la homosexualidad y esa palabra es ‘tolerancia’. En este país, con nuestros políticos populistas y el mercado a todo lo que da, nos hemos conformado con que nos encierren en un gueto donde somos tolerados y donde nosotros mismos alimentamos y festejamos logros como la apertura a la diversidad sexual.
“Falta mucho por recorrer, pero principalmente atender con urgencia el gran problema de la homofobia interna que se cuece en la comunidad gay, quitarse el listón arcoíris y aprender que marchar en junio con alas y desnudo para mostrar tu cuerpo de gimnasio, no aporta nada al entendimiento social y, de lo contrario, si enriquece más al gueto y la mercadotecnia del ser gay hoy en día.
“De hecho, no me gustaría que esto se quedara con la etiqueta de ‘corto de temática gay’, porque se cierra un tema tan importante y social a un nicho que espera ver chicos muy guapos enamorándose y teniendo sexo en cada encuadre de la película, como aquellas que se presentan en algunos festivales del cine gay, y este trabajo no busca eso”.
CC: ¿Qué impacto esperas producir en el público que vea tu cortometraje?
GA: Espero que la gente reflexione sobre cómo a veces la ignorancia y un choque cultural puede llevarnos a tomar decisiones erróneas que dañan severamente a las personas que amamos. Que toda esa cultura de odio que gira en torno a lo ‘diferente’, genera más problemas en lugar de resolverlos. Que la gente debe ser valorada más por lo que es, no por lo que tiene y, sobre todo, que no es un problema donde comúnmente se dice: ¡Ah, pobre señora o pobre familia, les salió un hijo gay o lesbiana! Es un asunto meramente social y se debe pensar y ver en masa y no en círculos compactos.
“Además, el tema que tratamos es muy actual. En Estados Unidos, por ejemplo, el presidente Barack Obama busca una ley para prohibir estas terapias de curación. En México, como muchas otras cosas, los políticos no saben ni que existen y continúan expandiéndose y dañando a cientos de personas y sus familias.
CC: ¿Quienes colaboran en tu proyecto? Actores, especialistas, etcétera…
GA: Mi equipo está formado en mayor medida por mis compañeros de guión, todos somos guionistas que tenemos proyectos bien interesantes y que tratamos de empujar la importancia de un buen texto cinematográfico a la hora de hacer una película. También tengo el apoyo de dos compañeros de cine para el asunto de la fotografía y buena asesoría para mi guión. Actores y demás recursos, eso te lo proporciona el Rally, otra gran experiencia. Ya tengo por ahí mis propuestas para actores y ojalá se pueda trabajar con ellos, eso es muy emocionante.
CC: ¿Cómo piensas resolver las dificultades del Rally en tiempo y forma?
GA: Eso va ser lo complicado y el gran reto, pero lo principal es juntar los puntos de preproducción que nos piden y poder llevar todo listo, de lo contrario tendremos plan A, B y C para cada situación o eventualidad. Coordinación desde antes que empiece la filmación, creo que esa es la clave.
Los ocho proyectos seleccionados para el Rally son: Dedicatoria, de Jessica Abraham Miguel, de la Universidad de Las Américas (Cholula, Puebla); La Ribera, de Inti Pérez Peña, de la Universidad Autónoma de Nayarit (Tepic, Nayarit); Suerte para la próxima, de Alejandro Iñiguez, del Liceo de Estudios Superiores (Querétaro, Qro.); Un ratito más, entonces ayer, de Manuel Acuña, de la Universidad Jesuita de Guadalajara (Tlaquepaque, Jalisco); El ciclo, de Iván Alejandro Zaragoza, del Centro de Estudios Cinematográficos (Guadalajara, Jalisco); El método lanner, de José Amilcar Herrera, de la Universidad del Valle de México (Querétaro, Qro.); Están curados, de Gustavo Adolfo Ambrosio, del Centro de Capacitación Cinematográfica (Distrito Federal); e, Interferencia, de Kevin de León Delgado, de la Universidad Autónoma de Coahuila (Torreón, Coahuila).