¿Quién le habrá puesto el terrible título de Sangre de mi sangre a Musarañas? ¿Por qué sustituir el título original en español a una película que se estrena en un país de habla hispana? ¿Por qué los distribuidores en México insisten en faltar el respeto a la audiencia alterando los títulos, o en peores casos, el contenido de la película, intentando hacerlos más atractivos para llevar al público a las salas, pero sacrificando el sentido original de la obra? Musarañas es un gran título para la película española de terror que hoy nos ocupa; tiene un por qué y es lógico al momento de ver cómo desarrolla su historia. Sangre de mi sangre, por el contrario, es un título absurdo, innecesario, tramposo y poco creativo.
Entrando en el tema que nos ocupa y respetando el título original, llega a las salas de México Musarañas, ópera prima del español Juanfer Andrés y el mexicano Esteban Roel, quienes contaron con el apoyo en la producción de Alex de la Iglesia, uno de los más importantes realizadores de cine fantástico español, a quien recordamos por películas como El día de la bestia (1995) o la reciente producción Las brujas de Zugarramurdi (2013). Y aunque en la película se nota el apoyo de De la Iglesia, tanto en su producción vistosa y meritoria como en la temática de horror y suspenso tan afín al director vasco, el reconocimiento debe quedar en los directores, que realizan una fresca y muy bienvenida historia de secretos familiares, traumas y de una locura que lleva años esperando ver la luz.
Musarañas nos sitúa en la España de los años cincuenta, en un Madrid con una población aún afectada por la Guerra Civil, terminada hace poco más diez años pero con una presente e indeleble sombra en las familias que intentan sacar su vida adelante. Una de estas familias es la formada por Montse (Macarena García) y su hermana menor, a quien llama cariñosamente “la niña” (Nadia de Santiago). La niña es joven, fresca, sale a trabajar y tiene la alegría de una mujer que apenas alcanzará la mayoría de edad; Montse, al contrario, se deja ver como una persona amargada, obsesiva, con una devoción religiosa que raya en el fanatismo y cuya obsesión marcará la pauta al suspenso y terror desarrollados en la historia.
Vale la pena hacer una pausa para reconocer en Montse a un gran personaje y probablemente uno de los mayores atractivos de la película, genialmente interpretado por Macarena Gómez y muy bien trabajado en el guión de Juanfer Andrés. Ella es una mujer traumada desde su infancia, afectada por la temprana muerte de su madre al dar a luz a su hermana, y por la posterior y creciente locura de su padre (interpretado por un efectivo y gratamente contenido Luis Tosar), cuyos maltratos le generarán que en su edad adulta desarrolle una agorafobia que le impedirá siquiera rebasar el marco de la puerta de su departamento. Montse también muestra un exacerbado terror a lo que el mundo exterior le puede hacer a alguien inocente como su hermana, el cual externa con un constante maltrato psicológico y físico hacia ella, siempre justificándolo con que solamente quiere su bienestar. A la realidad de estas hermanas llegará por accidente Carlos (Hugo Silva), el vecino del piso de arriba, al cual un día Montse encontrará con la pierna rota en la entrada de su departamento y que se verá obligada a ayudar, presionada por una imagen religiosa en donde Jesús ayuda a un desvalido. Claro que esta ayuda será –desde las muy particulares creencias de Montse–, una idea de cómo debe ser la vida y el papel que un hombre debe tener en una casa religiosa, habitada solamente por dos señoritas indefensas.
Musarañas es efectiva y valiosa por su manejo del suspenso; son varias las secuencias angustiantes y bien resueltas, que evitan las subidas de volumen o los sustos repentinos para generar miedo fácil, y se concentran en que el miedo salga de los personajes y las situaciones. Los personajes están bien construidos y nos dan las pistas suficientes para saber de lo que cada uno de ellos sería capaz. Posteriormente y en favor de su historia, los directores tomarán las reglas establecidas desde un inicio por ellos mismos y las llevarán más allá, rebasando los márgenes narrativos y hasta los límites de género que se nos habían planteado inicialmente, llevando a la película en su tercer acto a un muy divertido y construido festín de horror que llega a ser genuinamente atemorizante.
Es aquí donde surge otro elemento que es justo celebrarle a Juanfer Andrés y Esteban Roel: reconocen en todo momento al cine de terror del que seguramente son fanáticos. Viendo Musarañas es imposible no notar el amor que le tienen los realizadores al género y a sus obras. Jamás rechazan sus orígenes, al contrario. Los abrazan, se regodean en ellos y logran una película con identidad propia. Por momentos podemos reconocer segmentos que homenajean a Misery (Rob Reiner, 1990); a grandes clásicos de horror en el seno familiar como Qué pasó con Baby Jane (Robert Aldrich, 1960) y hasta a la desbordada y maravillosa interpretación de Joan Crawford en Strait-Jacket (William Castle, 1964), todo un clásico de la serie B.
Los realizadores reafirman que el cine de terror hecho en España es un género que sigue dando frutos y que los directores saben trabajarlo. Se agradece que gente con una carrera establecida como Alex de la Iglesia y Carolina Bang apoyen este tipo de proyectos y a realizadores talentosos, que mucho aportan a la realización del cine en géneros a veces poco valorados y sobre todo, que resultan bienvenidos entre los amantes del suspenso y terror.
Musarañas (2014).
Director: Juanfer Andrés, Esteban Roel. Guión: Juanfer Andrés, Sofía Cuenca.
Música: Joan Valent.
Fotografía: Ángel Amoros.
Reparto: Macarena Gómez, Nadia de Santiago, Hugo Silva, Luis Tosar, Gracia Olayo, Lucía González, Carolina Bang, Silvia Alonso, Asier Etxeandia, Josean Pérez.
Productora: Nadie es Perfecto / Pokeepsie Films. Año: 2014.
Duración: 91 min.
País: España, España.