Pedro López Hernández
Ubicado en un lugar que cambia como el camaleón, debido al calor o a la neblina, Orizaba es uno de los Pueblos Mágicos que transmite deseos de volver, ya sea por sus paisajes gobernados por montañas o porque el rey de los volcanes, el Pico de Orizaba (Citlaltépetl), se encuentra a cierta distancia de allí. Hay cosas que ver, como la arquitectura regional o tesoros albergados. A continuación, los siguientes son atractivos que harán que consideres viajar a este rincón veracruzano.
- El teleférico: No es el más largo de México, pero sí el segundo más alto y en él se siente la magia de ver la pequeña urbe desde las alturas. La brisa del aire y el cosquilleo en el estómago en los descensos o subidas, son imperdibles. Una experiencia que lejos de ser aterradora, es divertida y que se quedará en tus recuerdos como algo placentero.
- El Cerro del borrego: Punto al que llega el teleférico. La vista desde ahí es única, además en la cima hay ruinas de un fuerte que atestigua la batalla ocurrida los días 13 y 14 de junio de 1862, entre mexicanos y franceses durante la Segunda Intervención Francesa. Los cañones y un museo de sitio pintoresco en una pequeña cabaña complementan lo anterior. Igualmente la convivencia con la naturaleza es indiscutible, por la flora, fauna (coatíes y aves) y el Museo Geográfico de Orizaba (Musgo) que muestra características como hidrografía y orografía del lugar, pero en distintas épocas a través de litografías y mapas.
- Tobogán de la montaña: Se trata de la primera Alpine coster en Latinoamérica. Inaugurada el 21 de enero de este año, promete ser una experiencia única materializada en carritos donde sólo dos pasajeros abordan y uno de ellos controlará la velocidad del vehículo.
- Paseo del río y reserva animal: Si sientes pánico a las alturas, también hay opciones en tierra que son fantásticas. Una de ellas es pasear por la ribera, porque al mismo tiempo podrás convivir con especies como dromedarios, cocodrilos, avestruces, monos, entre otras. Por tu seguridad, mantén cierta distancia para que continúes disfrutando del lugar.
- Cri-Cri: Cuando se habla de que la influencia de Francisco Gabilondo Soler (Cri-Cri) es significativa en Orizaba, es cierto, pues en algunos boulevards hay estatuas de personajes como el ‘ratón vaquero’. Una tranquila alameda también lleva el nombre del compositor mexicano, inclusive existe un museo dedicado al grillito consentido de México.
- Museos: Si algo no le falta a Orizaba son los museos, pues hay 14 de pequeñas, medianas o amplias dimensiones. Algunos están dedicados a temas poco frecuentes como Futbol (ubicado en el Palacio de Hierro), a la Hotelería o al Libro. El Museo de Arte del Estado exhibe creaciones de Juan Cordero y José María Velasco, las cuales por supuesto no se encuentran en otros sitios.
- El Palacio de Gobierno: Lugar que acredita el paso de José Clemente Orozco por este lugar, porque ahí existe un mural que Orozco desarrolló con campesinos como eje temático. La vista desde el lugar es interesante, además el edificio alberga otros sitios como el Salón de la Fama y la Sala Histórica de Orizaba.
- Centro histórico: Caminar entre construcciones antiguas o llamativas como el Teatro Ignacio de la Llave, o el Palacio de Hierro, no tiene precio. Vale la pena visitar rincones o mirar fachadas, inclusive tomar fotografías. Hay recorridos complementarios como el Oribus o el tren Chipi Chipi. La pasividad del aire y las palmeras danzantes invitan a conocer tramos de esta ciudad.
- 500 escalones: Si tienes espíritu deportista o te gusta ver joyas naturales, sin importar el esfuerzo que esto conlleve, o simplemente buscas algo nuevo, esta es una opción para ti. La escalinata larga, rodeada de prados verdes sonrientes, lleva a una vista privilegiada del Cañón del Río Blanco, así como de la Cascada del Elefante.