Claro que se puede seguir afuera, caminando con la memoria, viviendo pasados recientes con la cercanía que nos dan los recuerdos. Hoy quiero pasear por un espacio memorable, ya perdido en la historia urbana, que era un simpático paseo: el trenecito de Chapultepec.
En realidad, habría que aclarar que no había uno, sino dos trenecitos, uno en la Primera Sección, que partía justo del zoológico y donde aún se conserva la estación, hoy convertida en espacio para exposiciones itinerantes, y otro en la Segunda Sección, uno de cuyos espacios, el antigua taller, se ha convertido en Espacio MX, dedicado al diseño y la arquitectura.
Para muchas personas en Ciudad de México, aquel era un paseo memorable, en un tren que hacía un recorrido enorme pasando inclusive por pequeños túneles. Durante más de cinco décadas era parte fundamental de los paseos dominicales y hay quien aún recuerda que para abordarlo era necesario esperar en fila, dada la enorme afluencia.
Durante los últimos quince años, aquellas vías, aquellos talleres y las antiguas máquinas han estado en el abandono, pero aún se les recuerda con cariño. Asómate a tus fotos viejas o, si eres menor de 30, dile a tus papás que en estos tiempos de resguardo en casa desempolven las fotos y se busquen en el tren de Chpultepec, ese recuerdo es motivo para una tarde completa junto con otros sucesos importantes acontecidos en el parque más bonito de México, imágenes que pasan por la Casa del Lago, por el primer panda que hospedamos –Tohui-, por las lanchas que siguen siendo muy cotizadas, por los conciertos de El Lago de los Cisnes, por los días de campo y las miles de fiestas infantiles que el parque ha celebrado. El bosque ha cambiado, pero sigue vivo. Tal vez sería maravilloso recuperar el tren pero, si no es posible, siguen ahí un gran número de museos, los voladores frente a la entrada a Antropología, el ascenso al Castillo, las rejas con sus exposiciones fotográficas, el Jardín Botánico –que es una delicia y al que pocos entran-, la fuente decorada por Diego Rivera, las pistas para trotar, los distintos lagos. Chapultepec es mucho más de lo que a veces imaginamos.
Así que vayan haciendo planes, porque volveremos a la calle, eso es seguro, y a Chapultepec, y nos asomaremos a las vías donde, alguna vez, hubo un tren mágico.