Y se bebe, y se goza con amigos, con abuelos, con la familia. Pero no hay necesidad de entrar a las cocinas mexicanas con un diccionario, basta con dejarse llevar por el olfato, o por una leve “probadita” que no se le niega a nadie, o por la fe a esas recetas tradicionales que por generaciones han sido capaces de enamorar a cualquiera. Lo importante es aceptar la diversidad y descubrir los sabores de nuestras cocinas, sin tener juicios preestablecidos. A veces hay que probar sin preguntar, y dejarse llevar por lo que nos dice el sabor sazonado de una receta mexicana.
Pero, eso sí, los nombres de nuestros platillos son un agazajo, un verdadero trabalenguas que asegura una sorpresa en cada platillo. México tiene un inventario de platillos enormes, acompañados de nombres esdrújulos, mágicos, inexplicables o francamente cómicos. Aquí te propongo una pequeña lista, para saber qué tanto conoces de nuestras gastronomías regionales, que son muchas y muy distintas, porque quien piensa que la cocina mexicana es una sola está en un terrible error, y la zona costera come de una manera, el desierto de otra y la selva aporta otras riquezas, pero no solo es un asunto territorial que aprovecha lo que la tierra y el mar ofrecen a sus habitantes, también están las herencias de las culturas locales y las que han llegado en el tiempo, como los libaneses en Puebla, los españoles en varias partes del país, las aportaciones africanas en la costa o la tradición maya que se mantiene en la península, agregando por supuesto los sabores cosmopolitas que han surgido a raudales en la Ciudad de México, Monterrey o Tijuana, por mencionar algunas. Somos tierra pero también somos gente.
Va una mínima lista, maravillosa de pared a pared, de platillos mexicanos, para que se te antojen y, sobre todo, para que averigües qué son, de dónde vienen y cómo se comen. Traté de seleccionar de todos lados, para despertar tu curiosidad y que puedas ir a visitar esas cocinas. No te voy a hacer la tarea, empieza revisando la lista para ver cuántos conoces y después busca en internet, o pregúntale a tus tías, que de eso saben mucho (es obligatorio, para recibir el título de tía, preparar diez o quince platillos mexicanos, si no, se le rebaja al nivel de simple pariente). Lo que sí te aseguro, es que estos platillos existen, que son una delicia para muchos y que, si lo bailado nadie te lo quita, lo probado menos. ¿Los conoces?
Chascas; Condoches; Tlaxtihuilli; Chiquiadas; Mochomos; Mucbilpollo; Tobil; Chocolomo; Chilmole; Chanfaina; Huauzontles; Chipilín; Chispola; Nucú; Chicha; Chan; Mondongo; Chacales; Sopa de maíz seco; Ahogadas; Chilatequile; Mole de cuchara; Caldo de Cachora; Zacahuil; Coachala; Acúmara; Atápakua de flor de calabaza; Churipo; Toqueras; Soricua; Chochoyotes; Bocoles; Tapataistle; Mochomos; Chicatanas tostadas; Guacabaqui; Chanchamito; Manea; Pansaje; Pemoles; Tegogolos; Jumiles; Tacos de cochinada; Sopa de migas; Escamoles; Acociles; Chapandongo; Asado de boda; Bocoles; Codzitos; Meztlapique; Cuetlas… y sigue agregándole.
Hace unos días hablamos de postres, hoy te trajimos novedades impronunciables pero deliciosas y próximamente hablaremos de bebidas, para que la lectura sea un banquete y para distraernos de grillas y enfermedades. Buen provecho.
En imagen principal Coachala