En una banca del Parque Hundido, un hijo me contó la historia de su padre, conocido como el pilar del jazz en México; en un café en la esquina de Luis Moya y Ayuntamiento me contaron la historia de un socio, amigo y compañero de orquestas, y en la colonia Condesa se escuchó, entre los que llenábamos un modesto café con dueños sonrientes, a un admirador hablar sobre un gran trompetista.
Todos ellos recordaron a Chilo Morán con alegría y con anécdotas que los llenan de orgullo. El protagonista de estas letras es uno de los mejores jazzistas mexicanos, un gran maestro, quien tuvo capacidades extraordinarias para improvisar y la visión, preparación y habilidad para ser el primero en entrar a Bellas Artes, en 1962, con un grupo que prometió y logró elevar la calidad del jazz en México.
Chilo Morán nació en Concordia, Sinaloa, en 1930. Después se mudó a Nayarit y la búsqueda de triunfo y prosperidad lo llevó a establecerse finalmente en la Ciudad de México. “Él empezó a tocar jazz a los 11 años sin saber lo que era. Mi abuelo, que fue su primer maestro, decidió enseñarle trompeta en la orquesta de pueblo en Acaponeta, Nayarit. Mi papá aprendió con métodos de clarinete, que hacía mucho más difícil el estudio de la trompeta. Tuvo una formación muy buena pero muy exigente. Mi abuelo le enseñó a solfear hincado en granos de maíz a la luz de una vela –porque a veces las clases eran en la noche– y mi papá aprendió”. Recordó Pepe Morán, hijo de Chilo.
“La virgen de la Macarena” fue la primera canción con la que Chilo aprendió a improvisar y con la que desarrolló su habilidad y gusto por el jazz. Ya establecido en el Distrito Federal entró a la orquesta de Agustín Lara. Leía las partituras muy bien y a primera vista, lo cual le ayudó a entrar a muchas orquestas y grabaciones a partir de los años cincuenta. En los sesenta viajó con la orquesta de Juan García Esquivel a Estados Unidos; formó parte de la orquesta de Pérez Prado; en los ochenta viajó a Japón con la orquesta de Paul Mauriat; junto a su hijo, Pepe Morán, trabajó con José José; fue primer trompeta de Chico O’Farrill; formó parte de la orquesta de Pablo Beltrán Ruíz; tocó junto a Clare Fischer y además compartió escenario con el jazzista internacionalmente reconocido, Wynton Marsalis. “En una clínica en Bellas Artes mi papá conoció a Wynton y hubo click mientras tocaban, entonces mi papá lo invitó al Arcano, que estaba en División del Norte, y mientras Chilo estaba en el escenario, lo invitó a subir para que tocaran juntos”.
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