Acaba de conocerse que el comediante Eugenio Derbez protagonizará, bajo la dirección de su compatriota Patricia Riggen, con quien ya hizo Bajo la misma luna, la película Miracles From Heaven, junto a un elenco gringo integrado por Jennifer Garner, Queen Latifah y Martin Henderson, pero el mexicano, que el pasado fin de semana volvió a brillar en la gala de los Premios Platino, tiene multitud de otros proyectos. El que más le quita el sueño es su segunda película como actor-director tras el éxito internacional de No se aceptan devoluciones (Instructions not Included), una responsabilidad, que -confiesa en entrevista exclusiva- siente como «una losa».
Está en un momento óptimo, con varias películas que usted mismo gestiona como productor, director y en otras solo como actor. La mayoría se harán en Estados Unidos. Se puede decir que ya se mueve en las grandes ligas.
Sí, traigo muchos proyectos. Estoy jugando en las grandes ligas y es una gran responsabilidad. No es fácil. Es un mercado muy competido, muy complicado, no es mi idioma ni mi cultura, y por lo tanto se requiere de mucho más esfuerzo. Acabo de fundar una compañía allá, a raíz de que mi película se estrenó en Estados Unidos y se me abrieron muchas puertas en ese mercado. Ahorita las estoy intentando aprovechar. Me mudé a Los Ángeles hace como un año, y con mi compañía estamos desarrollando ocho diferentes guiones, para ver cuál es el primero que se filma. También como actor llevo dos películas allá, una de las cuales está ahorita en plena filmación, y la otra la hice el pasado febrero y se estrenará el año próximo.
Se publicó que adaptaría la comedia argentina de Ricardo Darín «Un cuento chino». ¿Será ese su próximo esfuerzo tras la cámara?
Como director y actor «Un cuento chino» pinta para ser la próxima, pero si en el camino una de las otras siete queda mejor, empezaría por otra. Estamos al mismo tiempo trabajando en varios guiones y el que nos quede mejor será el primero.
Cuando alguien consigue un éxito de la dimensión de su opera prima, que triunfó en EEUU, México y otros países latinoamericanos, la segunda película y sus comparaciones están llenas de riesgos…
Sí, es un gran peso, una gran responsabilidad. Me da mucho gusto porque No se aceptan devoluciones abrió muchas puertas, porque demostramos que los latinos sí van al cine cuando les das un producto que conecta con su cultura y les interesa. Me dio mucho gusto haberlo logrado, haber demostrado a la industria americana que sí hay público para ese cine. A partir de ahí se vio que el cine en español sí se vendía en EEUU. Pero también, para mí se convirtió en una carga. Mi siguiente película… siento aquí (señala a su espalda) una gran losa… Tengo que lograr lo mismo que hizo la otra, y eso… Tengo entendido que «No se aceptan…» en Estados Unidos es la película en español más exitosa de la historia, en México también. Estamos sacando cuentas y resulta que es la película en español más vista en todo el mundo.
Se arriesga a que la próxima sea comparada sobre todo en resultados. ¿Eso le quita el sueño?
Esa losa es muy pesada, porque no creo que mi próxima película vaya a conseguir eso. Siempre tienes la presión. Tengo que desconectarme y no pensar en igualar la meta. Sólo hacer una película en la que yo crea y olvidarme de los números. En el momento en que empiezas a pensar en la taquilla y que tienes que conseguir ese objetivo las cosas no salen bien. Hay que hablar con el corazón y eso estoy tratando de hacer ahorita. Olvidarme de la losa que tengo encima y simplemente tratar de entregar al público una película con la que se conecte.
Acaba de participar en la segunda edición de los Premios Platino, en Marbella. El año pasado también lo vimos en Panamá, donde se llevó un galardón y fue como ahora copresentador. ¿Son «sus» galardones?
Me tocó ser como el padrino del evento, junto con mi mujer Alessandra (Rosaldo), y me da muy gusto. Creo que es una gran, gran idea. Ya era hora que nos uniéramos todos los países iberoamericanos para dar a conocer nuestro cine y para conocernos entre nosotros mismos. Es un crimen que compartamos el mismo idioma y no el mismo cine. Me encanta ver cine en español, conocer otras culturas, y me da mucho coraje escuchar que hay una gran película en Argentina, Venezuela, España, Cuba, Puerto Rico… y te das cuenta que conseguirlas es un problema. No llegan a México, y las mexicanas tampoco al resto de Latinoamérica. Es muy raro que una película viaje. Me imagino que se debe a la falta de presupuesto, que se requiere mucho dinero para publicitarlas y distribuirlas en otros países. Pienso que los Platino están haciendo esa labor, uniéndonos, haciendo que nos conozcamos y con esta maquinaria poder dar a conocer nuestro cine a nivel internacional. Por eso la apoyo al cien por ciento. Este año aumentó el número de premios, se ha televisado en más países… Ha crecido significativamente. También tenemos más estrellas internacionales.
Este año ha habido una gran participación entre los invitados de hispanos en Estados Unidos, como Rita Moreno, Eddie Olmos, Adriana Barraza, Kate del Castillo, Amaury Nolasco… ¿Cree que deberían poder participar con opción a premios las películas de los latinos en EEUU en futuras ediciones?
Creo que sí, deberían incluirse. A diferencia de otras premiaciones que son excluyentes, los Platino incluyen a todos los países y géneros. Vimos como el año pasado hubo películas como «Eli», que son dramas muy fuertes, y como la mía, que era una comedia, y pueden convivir en la misma premiación. Eso no ocurre en cualquier lado y hay que aplaudírselo a los Platino. Por eso deberíamos incluir a todos los latinos estén en donde estén, porque hablamos el mismo idioma que es el español y es lo que nos une.