“Hay quien sale de un mundo y sin respiro puede cambiarse a otro. Y yo, ni cómo defenderme. Porque aún traía la cabeza envuelta en el río y en la desembocadura de un viaje, la entrada a otros”, escribe la periodista mexicana Ángeles Mastretta en la revista Nexos (“Todo pierdo, menos lo que encuentro”, octubre 2013).
Y es cierto, la también comunicóloga más allá de narrar su experiencia en la Amazonia peruana, bien podría estar describiendo su tarea literaria que comprende más de una decena de obras, entre las que destacan novelas, cuentos, memorias y poesía. El viaje a través de las letras comprende un mundo que desemboca en otros parajes, y si la autora nos revela un sinfín de posibilidades con tan solo un respiro, bien podemos navegar en dimensiones desconocidas a través de sus libros.
Artífice de la palabra, poblana de nacimiento y mujer por naturaleza y convicción, Mastretta es sin duda una de las escritoras más emblemáticas por crear personajes femeninos sugerentes y ficciones que reflejan la sociedad mexicana entre realidades políticas y sociales, una nación convulsa que requiere estar inmersa en realidades paralelas, para transitar en una especie de comedia y tragedia, el género literario de México por excelencia.
Tantas cosas suceden que conmueven. Una de ellas es leer a Mastretta, una mujer de ojos grandes que sabe cómo imaginar la eternidad. Te compartimos cinco frases de algunas de sus obras más representativas:
“La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota”, Mujer de ojos grandes.
“De todos los riesgos que he corrido por usted, el único que no hubiera corrido nunca es el de no haberlos corrido”, Mal de amores.
“Siempre necesitamos saber, cuando ya no podemos. Y cuando más nos urge, porque también nosotros, como nuestros abuelos, […] somos polvo de estrellas. Y de la misma manera, al recordar, temblamos como tiemblan las estrellas”, La emoción de las cosas.
“Solo la vida existe, lo demás lo inventamos”, El cielo de los leones.
«No abundan los locos, en cambio sobran los cabrones», Maridos.