Hombre cabal, erudito, discreto, amante profundo de este país, maestro… Es difícil describir a Miguel León-Portilla sin usar palabras superlativas que, de tanto usarlas otros, podrían parecer despostilladas. Nació en la capital mexicana en 1926; don Miguel siempre es referente en varios campos de nuestra cultura: miembro del Colegio Nacional, la Academia Mexicana de la Lengua, la Academia Mexicana de la Historia, ex embajador, investigador emérito de la UNAM y Medalla Belisario Domínguez en 1995. Ha sido un actor presente en la formación moderna de México; sus impresionantes aportaciones en los campos de la antropología, así como en la defensa y recuperación del lenguaje y del mundo náhuatl, atrapan a quienes amamos a este pueblo y queremos reconocer sus valores.
Hombre culto como pocos, capaz de expresarse sin problemas en siete idiomas –incluido el náhuatl– y cuenta con más de una docena de doctorados honoris causa recibidos en todo el mundo (Francia, Estados Unidos, Israel, República Checa, Perú, Bolivia, Cuba y varias universidades mexicanas). Es un hombre mágicamente sencillo, receptivo, abierto a nuevas ideas y se ha mantenido como un permanente defensor de los sectores marginados, en especial de los grupos indígenas. Su obra más popular, La visión de los vencidos, traducida a más de quince idiomas, es una referencia obligada para entender el sentir nahua de la Conquista.
“En nuestro transitar por el mundo no hemos sido ni somos pasajeros sin equipaje, sin billete o boleto de avión y sin rumbo, tenemos una larga y compleja pero también luminosa memoria.”
Miguel León-Portilla
Por otra parte, don Miguel ha logrado algo muy difícil en un medio tan complejo como el de los intelectuales: un reconocimiento absoluto que se mantiene por encima de filiaciones, discrepancias (válidas cuando de investigación se trata) y afectos. En los ámbitos literarios, educativos y científicos, su nombre siempre es mencionado con mayúsculas.
Tampoco se puede entender ni reconocer el gran esfuerzo que se ha hecho por establecer sistemas de educación bilingüe rural con los idiomas originales, sin hablar de Miguel León-Portilla, quien no ha olvidado su faceta de profesor desde 1957 cuando inició en la UNAM. Hoy México es un país que produce libros de texto gratuitos en varias lenguas y que busca mantener vivos dichos idiomas, en parte gracias a sus trabajos.
El doctor León-Portilla ha reactivado la memoria mexicana y puesto la palabra de la Historia en presente, proceso fundamental para la comprensión de nuestras diversas realidades. Hoy, a sus 82 años, todavía brilla y es una piedra angular de nuestra sabiduría que seguramente nos regalará muchas más joyas de conocimiento.