Nuestro actual estilo de vida, con el trabajo, el tráfico, el segundo trabajo, los compromisos, las responsabilidades, etc., nos proporciona, sobre todo en las ciudades, una lista de sentimientos a lo largo del día que tienen que ver principalmente con la ansiedad, la angustia, el estrés y, sobre todo, con una increíble falta de tiempo para nosotros mismos que se traduce en falta de tiempo para cultivar emociones positivas. ¿Dónde queda la alegría en este mundo frenético? ¿Agendada para el sábado de 4 a 5, justo antes del compromiso familiar y después del súper para la semana?
La alegría, ese estallido del corazón mezcla de júbilo, risa, regocijo, humor, contento y una pizca de satisfacción, cada vez parece más alejada de los sentimientos cotidianos del ser humano. Por eso, no es de extrañar que en 2010 se propusiera dedicar un día en especial, el 1 de agosto, a este grato sentimiento. Desde entonces, cada vez son más los países que se suman a esta celebración internacional.
México no tiene muy presente esta fecha, pero no precisamente por amargados sino por todo lo contrario. El pueblo mexicano es considerado como uno de los más alegres del mundo. Siempre se encuentra en buenas posiciones cuando se establecen rankings de los países más felices. Aunque debemos tener en cuenta que alegría y felicidad no son exactamente lo mismo, lo cierto es que México parece ser tan alegre todos los días que no necesita de una fecha especial para recordar este sentimiento.
Y es que el mexicano, muy en su fuero interno, trae la alegría grabada en su carácter. México es un país colorido, lleno de sonidos, de aromas y de sabores. Quienes mejor lo saben son los extranjeros que, cuando ponen un pie en este paradisiaco país, quedan abrumados y encandilados por esa diversidad que no se encuentra en otros lugares. La viveza de los colores, la intensidad de los sabores y la polifonía de los sonidos mexicanos se encuentran encarnados en el propio carácter.
No por nada la gastronomía mexicana es Patrimonio Cultura Inmaterial de la Humanidad en reconocimiento a su gran diversidad de ingredientes y sabores (y no se puede negar la alegría de un paladar satisfecho). No por nada existe un color con nacionalidad, sí, el rosa mexicano, que yo lo instauraría como el color de la alegría (¿acaso hay otro color tan lleno de vida y de energía?). Y no por nada el postre más típico y tradicional de México es… ¡la “Alegría”!
Así que ya sabes, si eres mexicano y hoy te encuentras de malas, dale un mordisco a tu amaranto y sonríele a este Día Mundial de la Alegría.
Foto principal: Papel Picado Banners de Stuart Seeger, CC BY 2.0
Fotos: Facebook Chile En Nogada, Flowers and Foliage de Sergio Russo, CC BY-SA 2.0