Todas las mañanas abrimos los ojos y muchos de nosotros nos dirigimos hacía la cafetera en modo zombie. Hasta que no tenemos una aromatizada taza en nuestras manos y tomamos un sorbo de su elixir oscuro no nos despertamos realmente. El café es una parte importante de nuestro día a día y es, sin duda, una parte substancial de la cultura occidental. Sin embargo, lo que existe detrás del café habitual es, generalmente, ignorado.
El café es arte, es trabajo, es energía y la excusa para descansar, echar una buena platica e incluso invitar a alguien a salir. Pero ¿cuál es el valor que realmente le damos a una buena taza de café? Y más importante, ¿cuál es el valor que no conocemos? Andrés Ibáñez Díaz Infante y Alejandro Díaz San Vicente, amantes del café, se embarcaron en un viaje al norte de Chiapas para descubrir la historia detrás de una bebida que es subestimada, independientemente de su popularidad.
El fruto de su exploración fue un documental – A Six Dollar Cup of Coffee -, que expone la historia de los pequeños agricultores responsables de la producción cafetera, la injusticia social detrás de la compraventa del producto y una solución que se esta llevando a cabo mediante a proyectos basados en el comercio justo, local y de altísima calidad. Uno de estos emprendimientos es Capeltic, una empresa basada en la economía social, formada por familias tseltales chiapanecas y colaboradores en busca de la solidaridad y la justicia comunitaria.
Capeltic, viene del tseltal y significa “nuestro café”. El proyecto se basa en la búsqueda de regresar a los productores indigenas, que trabajan el 50 por ciento del café mundial, lo que diariamente generan en sus tierras, para que a nuestros hogares pueda llegar un poco de esta magia que nos ayuda a despertarnos por la mañana. Capeltic pretende contribuir en la construcción de una “Vida Buena”. Y para hacer este sueño quijotesco posible, todos podemos contribuir.
“Detrás de una taza de café hay sufrimiento, hay lagrimas, hay explotación, hay pobreza; eso hay detrás de una taza de café… que no se ve”, cuenta José Aquino, miembro fundador del proyecto, en A Six Dollar Cup of Coffe. Generalmente esto se debe a la infravaloración del café.
El café es un lujo, los cafetales requieren la inversión de vidas enteras y cuando una taza de café es barata, la liquidación se pierde en la transportación del producto, el envase y la ganancia del barista, entre muchas otras cosas. La retribución económica no alcanza a llegar a 13 millones de agricultores en diversas ocasiones. Esto es responsabilidad de la industria y es responsabilidad del consumidor. Es nuestra tarea verlo y ayudar a combatirlo.
La forma en la que podemos contribuir es simple. Debemos de pensar mundial y actuar local. Hay que enterarnos de la historia detrás del café en nuestra taza, de nuestra taza y hasta de nuestro despertador. Solo así podemos tomar la mejor decisión a la hora de buscar en donde queremos invertir.
Como Capeltic hay muchos proyectos, es cuestión de descubrirlos para poder construir juntos nuestra “Vida Buena”.
Fotografía principal por Maxim Krayushkin, CC BY 2.0
Fotografía: Cafetal por Mario Carvajal, CC BY 2.0