“No van a entender Roma si nacieron fuera de la CDMX”, sentencia lanzada al universo virtual por un usuario de Twitter que probablemente no se esperaba la tormenta de memes que provocaría y que nos sigue sacando carcajadas a varios días del incidente. Y es que, eso que ni qué, el ingenio del mexicano reluce como ninguno en las redes sociales.
Pero bueno, si es el caso que el malaventurado tuitero los dejó preocupados porque no le van a agarrar la onda a la nueva película de Alfonso Cuarón porque no nacieron en este gigante de ciudad, no desesperen, nosotros les traemos cinco libros y películas que pueden echarse antes de que vean Roma, para que se sientan más chilangos que la torta de tamal.
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Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco
No podía ser otra. Esta novelita del reconocido escritor chilango comparte mucho con la película de Cuarón, empezando por el hecho de que ambas historias ocurren en la colonia que le da nombre al largometraje. Además, las dos tratan sobre familias mexicanas de clase media-media alta en contextos sociales y políticos parecidos, retratan detalles particulares de la época y lo hacen con un tono nostálgico que muestra el carácter voluble de los recuerdos.
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Güeros de Alonso Ruizpalacios
Ahora, no solo la ciudad de México de mediados del siglo XX ha sido protagonista en películas y libros, si lo que quieren es una versión más actualizada de la capital mexicana, hay pocas opciones mejores que este largometraje ganador del premio a la mejor ópera prima en el Festival de Berlín de 2014. Ruizpalacios narra la historia de dos hermanos que emprenden una búsqueda para encontrar a Epigmenio Cruz, un músico legendario que se dice una vez hizo llorar al mismísimo Bob Dylan. Su viaje los lleva a las alturas de los edificios de departamentos de la ciudad, a laberintos de calles en barrios bravos y hasta el interior de la UNAM en plena huelga estudiantil de 1999-2000.
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Los detectives salvajes de Roberto Bolaño
Narrada desde el punto de vista de más de 50 personajes, entre los que aparecen íconos como Carlos Monsiváis, la novela de Bolaño es al mismo tiempo un monstruo literario que ha fascinado a críticos y escritores, además de un recuento histórico de lo que era la vida del México de los años 70, por lo menos del México de los jóvenes poetas pertenecientes al movimiento del realismo visceral. El libro es autobiográfico, uno de sus protagonistas es el alter ego del propio autor, quien de joven navegó por las calles chilangas junto a sus amigos artistas, retratando en sus recuerdos lo bueno y lo malo de su tiempo.
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Amor por la Ciudad de México de Jorge Pedro Uribe Llamas
En su primer libro publicado con nosotros, Jorge Pedro Uribe utiliza el género de la crónica para retratar lo más que puede de la capital a la que tanto cariño le tiene, hace recorridos que lo llevan de Chalco a Tecamachaldo, de la tumba de Hernán Cortés a la primera tortería de la ciudad, viajando de punta a punta de la urbe y explorando sus grandes monumentos y sus sitios más sabrosos, pero que tal vez no son tan conocidos por personas menos aventureras. Es un texto que invita al lector a mirar los espacios por los que transita y a encontrar los tesoros que por todos lados se esconden en nuestro diario caminar.
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Los olvidados de Luis Buñuel
Otro clásico que no podía faltar en esta lista y una de las mejores películas de Luis Buñuel, Los olvidados retrata a un sector casi invisible de la Ciudad de México: los niños de la calle, que viven en pobreza y marginación. Se han escrito ya miles de páginas sobre este largometraje, que provocó la ira de las autoridades estatales en su momento, que sigue a Pedro, un niño que intenta escapar de la vida criminal a la que quiere introducirlo “El Jaibo”, joven violento que parece amenaza con mantenerlo en el ciclo de miseria que lo rodea. Es quizá uno de los retratos más duros, pero importantes, que se han hecho de la Ciudad de México.
Les aseguramos que con que revisen estas cinco obras, dejarán satisfechos hasta al tuitero más exigente y ya se sentirán listos para ver Roma. Nosotros les recomendamos que lo hagan en pantalla grande, pues es una película que vale la pena experimentar de la mejor manera posible.