Por Juan Pablo Russo
EscribiendoCine-CorreCamara
El cine se ha dedicado a lo largo de sus 120 años de historia en llevar a la pantalla grande la vida de diferentes artistas de la música popular a través de ficciones o documentales, con resultados dispares. Desde el ganador del Nobel de literatura Bob Dylan, pasando por Nina Simone, Mercedes Sosa, Paco de Lucía, Amy Winehouse, Kurt Cobain, Violeta Parra y hasta Glora Trevi, recientemente hemos visto cómo sus vidas fueron tan cinematográficas como sus carreras musicales. Ahora le tocó el turno a Chavela Vargas.
La cantora mexicana, dueña de una voz única, amante de Frida Khalo y amiga personal de Pedro Almodóvar, tuvo una vida tan extraordinaria como la de cualquier artista que se precie de tal. No por la grandilocuencia, el divismo o la ostentación con las que se las relaciona a menudo, sino por el sufrimiento tortuoso que atraviesa la vida de aquellos que trascienden por su talento. Su vida no difiere mucho de la de otros. Alcohol, olvido, pobreza, amoríos, lesbianismo, la caída y el resurgimiento como un Ave Fénix son los tópicos que atraviesan esta biopic documental sobre Chavela Vargas, de las directoras Catherine Gund y Daresha Kyi.
Chavela (2017) tiene un hilo conductor: una entrevista inédita de 1992, veinte años antes de su muerte, que se va conectando con sus canciones. A través de su propia voz se irá reconstruyendo la vida y obra de una artista única en su género, que se atrevió a vivir como quiso, transgrediendo normas y reglas. Romper esas reglas le costó una carrera que se vino a pique y que mucho tiempo después (casi en simultáneo con la aparición de Almodóvar) volvió a remontar, hasta llegar a convertirse en una de las voces más reconocidas de la música mexicana e internacional.
El binomio de realizadoras retrata a la artista y a la mujer con honestidad, sin caer en sensacionalismo ni especulaciones, a partir de un material de archivo único que se funde con imágenes y canciones perdidas en el tiempo que hoy vuelven a ver la luz para rendirle el tributo que Chavela Vargas se merece.