Símbolo de la arquitectura funcionalista y de la relación de dos de los más grandes artistas plásticos mexicanos de todos los tiempos, Diego y Frida. Vivienda-máquina-estudio. Encuentro entre el arte y la arquitectura a través de la entrañable amistad entre Kahlo, Rivera y O’Gorman. Lugar construido para la inspiración. Memoria de una brillante generación de creadores. El Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo es testigo de una época dorada, guarda los secretos de una de las más apasionantes parejas mexicanas y es herencia de una mirada, una tradición, una ideología, un escenario político, social y cultural de gran parte del siglo XX en México.
Frida conoció a Juan O’Gorman en su época de estudiante en la Preparatoria. Años después, se encontró con Diego, mientras éste pintaba el mural en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria. Ahí se estableció no sólo una gran amistad, sino que Rivera se convirtió en guía e importante influencia para el joven arquitecto.
O’Gorman había comprado el terreno de la esquina de Palmas y Altavista, en la colonia San Ángel, y le ofreció a Diego vendérselo en el mismo precio si le encargaba la construcción de su casa y estudio. Rivera no sólo aceptó sino que también le pidió que hiciera la casa para Frida.
La casa comenzó a construirse en 1931 y concluyó en 1932, cumpliendo con los principios de la arquitectura funcionalista: mínimo esfuerzo, practicidad, máximo aprovechamiento de los recursos económicos –debía de ser congruente con una concepción social de la arquitectura–, ingeniería bien aplicada, estética relegada a un segundo plano y cada elemento de la construcción debía de tener una función. La casa es un ícono y paradigma del funcionalismo mexicano, así como un parteaguas de la arquitectura moderna en el país.
Después de una estancia en Estados Unidos, Diego Rivera y Frida Kahlo llegaron a vivir a la casa de Altavista en enero de 1934. Ahí, Frida se consolidó como pintora, realizando obras como Lo que el agua me dio, El ojo avizor, El difunto Dimas y Perro (Xolo)Itzcuintli conmigo, entre muchas otras obras representativas. Sin embargo, por la polémica relación de pareja y el deterioro de su condición física, Frida solamente vivió ahí seis años y luego se trasladó a Coyoacán, a la Casa Azul, donde permaneció hasta su muerte, el 13 de julio de 1954. Diego pintó la mayor parte de su obra de caballete –3,000 cuadros aproximadamente– en su estudio, donde vivió y trabajó hasta el día en que falleció, el 24 de noviembre de 1957.
La casa fue heredada por las hijas de Diego Rivera, Ruth y Guadalupe Rivera Marín, y luego comprada por el pintor Rafael Coronel, quien la habitó por 15 años, antes de que el estado mexicano la comprara. El lugar se convirtió en museo 24 años después, por decreto presidencial, y abrió sus puertas al público el 16 de diciembre de 1986, como parte de las celebraciones del centenario del natalicio del gran muralista mexicano. Doce años después fue declarado Patrimonio Artístico de la Nación.
La construcción en sí misma es uno de los grandes atractivos del museo. El estudio de doble altura, los pilotes que sostienen las casas, el puente por el que se comunicaban ambas casas, las fachadas simples –roja y azul–, el jardín con sus paredes de cactos, son algunos de los puntos más interesantes del museo.
Tal vez el lugar más llamativo es el estudio del pintor donde se exhiben parte de la gran colección de piezas prehispánicas, obras de caballete, dibujos, utensilios para pintar, objetos personales, libros, documentos, artesanías, juguetes de lámina y de madera, la colección de Judas y calaveras de carrizo y cartón. También pueden visitarse el cuarto de Diego, el baño y la cocina de Frida, así como los cuartos que hoy se utilizan como espacios para exposiciones permanentes.
Desde sus inicios, el museo ha realizado una importante labor de promoción cultural, así como de preservación, conservación, investigación, exhibición y difusión de la vida y obra de Diego Rivera, Frida Kahlo y Juan O’Gorman. Actualmente se está realizando un importante trabajo de investigación y rescate de los archivos que resguarda el museo, que empezará a dar resultados a finales de año y se verán reflejados en una serie de exposiciones temporales en las que podremos conocer todavía mucho más de la vida de Frida y Diego, su relación, así como del contexto en el que vivieron.
www.estudiodiegorivera.bellasartes.gob.mx
Agradecemos al Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo por las fotografías, la información y las facilidades para la elaboración de este artículo.