El México actual es una nación inserta en el campo de la globalización, en donde la tecnología y los avances científicos renuevan nuestros horizontes y transforman nuestra sociedad. Para visibilizar un panorama de la identidad mexicana en las décadas siguientes es necesario mirar nuestra historia.
Por un momento imagina: si las experiencias significativas que vivimos desde que tenemos uso de razón hasta nuestra muerte amanecieran tatuadas en nuestra piel en dónde estarían, de qué color serían, qué imagen las representaría.
La historia de México no solo se encuentra en los libros sino también en su cocina, su diversidad gastronómica y en la creatividad que se imprime en cada platillo. Ello posiciona a nuestra cocina como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, lo que vuelve al sazón mexicano no solo un atractivo turístico mundial sino un arte inigualable.
Hay personas que el tiempo no borra y su esencia traspasa la historia. Este es el caso de la inigualable leyenda del cine Dolores del Río, quien por su excepcional belleza y singular talento histriónico sedujo a Hollywood convirtiéndola en una de las pocas actrices mexicanas de renombre a nivel internacional.
México es un país de corazón alegre y eso sin lugar a dudas se ve reflejado en la cantidad de fiestas que marcan nuestro calendario, en México celebramos a los vivos y a los muertos, a los albañiles y a los arquitectos.