Si tienes una debilidad por los dulces, entonces tienes que visitar el Museo de Dulce de la Calle Real, en Morelia, Michoacán.
Este estado es uno de los más reconocidos en nuestro país por su tradición dulcera, y es que cuando con la llegada de los españoles se mezclaron sus costumbres gastronómicas con las indígenas, surgieron exquisitos dulces.
Hacia 1840, frente a la Catedral de Morelia, “El Paraíso” inició como una tienda de dulces y años después se trasladó a un edificio colonial donde en 1999 se creó el Museo del Dulce de la Calle Real, con el objetivo de conservar la tradición de los dulces y de compartirla con los visitantes.
Este museo cuenta con varias salas en las que podrás observar, por ejemplo, una galería de más de 130 fotografías donadas por el maestro José Antonio Romo Carrera, donde se aprecia la antigua Morelia. También tiene una sala de cine en la que se proyecta un video sobre la historia del dulce, desde la época prehispánica hasta después de la conquista. Además verás maquetas sobre la maquinaria con la que se preparaban estos productos en la década de los 40, así como algunas muestras arquitectónicas.
Pero qué sería de un museo del dulce si los visitantes no pudieran probar estas delicias. Para eso está la sala Cocina Colonial, recreada lo más fiel posible como una cocina del siglo XVIII en la que conocerás el procedimiento de elaboración del ate y además podrás degustarlo.
Tu recorrido entero será un viaje en el tiempo, comenzando por el recinto en el que se encuentra. Asimismo verás a los trabajadores del museo vistiendo ropa de la época del porfiriato.
El Museo del Dulce de la Calle Real también cuenta con pastelería, chocolatería y dulcería en las que ponen a tu disposición más de 300 dulces tradicionales como
morelianas, cajeta, rompope, jamoncillos de leche, natillas, chongos y muchos más.
Quédate en casa para que después podamos visitar Morelia y probar todos sus dulces, ¿qué dices?