El fotógrafo potosino Manuel Ramos retrató la arquitectura de la Ciudad de México entre 1914 y 1934, así como ceremonias religiosas durante la Guerra Cristera. La Cineteca Nacional, en alianza con el Archivo Fotográfico Manuel Ramos, ha rescatado sus películas inéditas de los años veinte y treinta
«Lunes de ramos: imágenes prohibidas» será una proyección acompañada de una charla y tendrá lugar el lunes 29 de julio. En el marco de las sesiones de Experiencias de Archivo, la Cineteca Nacional presenta la charla y proyección en la que Gabriela González Reyes y Tania López Espinal compartirán su experiencia en la revisión, restauración física y digitalización de la colección del fotógrafo mexicano, meticuloso observador de la vida capitalina de los años veinte y treinta.
Ésta será la primera vez que se exhibe una selección de los registros de Ramos en una función pública. La sesión, que se llevará a cabo el lunes 29 de julio a las 18:00 horas con entrada libre, iniciará con una curaduría de 30 minutos y será musicalizada por Rapsoda Muscinema, un grupo de jóvenes mexicanos integrado por Lorena Ruiz, Fernando Jara y Eduardo Corona.
La colección completa se compone de 199 rollos de 9.5 mm, filmados con una cámara Pathé Baby, y un rollo de 16 mm —la mayoría de ellos, negativos fílmicos—, los cuales fueron digitalizados por el Laboratorio de Restauración Digital de la Cineteca Nacional después de un minucioso trabajo de preparación debido al estado de deterioro en el que se encontraban.
Manuel Ramos fue un fotógrafo originario de San Luis Potosí, quien entre 1914 y 1934 se dedicó, como inspector de monumentos históricos, a retratar iglesias, edificios y casas coloniales de la Ciudad de México. Su obra se conoce también por las imágenes que tomó en el periodo de la Guerra Cristera. El material fílmico que presentará Experiencias de Archivo cubre parte de este periodo y muestra a la capital mexicana en movimiento: se observarán diversas manifestaciones del culto católico, tanto en espacios públicos (por ejemplo, una quema de Judas) como privados (ritos íntimos), durante una etapa en la que las prácticas religiosas estaban restringidas públicamente.
Gracias a la alianza entre el Archivo Fotográfico Manuel Ramos y la Cineteca Nacional, la supervivencia de estas imágenes ha cobrado un nuevo valor, tanto por su preservación como archivo documental como por el peligro que conllevó el registro mismo.