Muchas son las herencias (para algunos imposiciones) que nos legaron los españoles a raíz de la Conquista. Una de ellas es, por supuesto, el idioma. Largo y tendido podríamos discutir sobre la terminología correcta para referirnos a esta maravillosa lengua que, en términos generales, denominamos español, pero eso es menos divertido que hablar sobre las enormes diferencias léxicas que existen entre los mexicanos y los españoles.
Tras tres meses (y muchas pláticas llenas de confusiones) de residir en Madrid, he confirmado lo que en teoría ya sabía: “dime cómo hablas y te diré de dónde eres”, es decir, la lengua es un reflejo de la cultura y la sociedad a la que pertenecemos, así como de la forma en que conceptualizamos nuestro entorno.
Aunque lo anterior ya lo tenía bastante estudiadito, además de que, previo a mi viaje, ya me había visto muchas películas de Almodóvar y más de un episodio de “Cuéntame cómo pasó”, las tres palabritas “españolas” que sabía resultaron no ser suficientes para enfrentarme al vastísimo (y a veces inexplicable, desde mi postura de hablante mexicana) léxico, ya no digamos construcciones sintácticas, de mis compadres los madrileños.
Así que no me quedó de otra más que empezar un diccionario castizo-mexicano y viceversa a partir de las palabras y expresiones que más he escuchado entre los jóvenes de Madrid.
Antes, debo aclarar, que “mis informantes” son, en su mayoría, jóvenes de entre 20 y 26 años originarios de Madrid y otras ciudades de España, y que las traducciones que elaboré son a partir de mi personalísimo léxico chilango (del cual, por supuesto pueden diferir) sin más preámbulo, vamos a por ello.
Coger: Esta es de mis favoritas, por supuesto, pues mientras en España cogen, nosotros tomamos o agarramos. Y es que estos tíos cogen todo: el autobús, la chaqueta, los documentos, la mochila y así todo lo que se imaginan.
Coñazo: Definitivamente no hay mejor expresión en mexicano para traducir coñazo que: de güeva; una güeva. “Ese tío es un coñazo”; “Fue un coñazo de clase”.
Currar: Debo decir que la primera vez que me dijeron: “¿En qué curras?”, sentí que me estaban albureando, y no. Resulta que currar significa trabajar o, mejor dicho en mexicano, chambear y lo utilizan de todas las formas y variantes posibles: “Este artículo está bien currado”; “Qué difícil la vida del currante”; “Ando buscando curro”; “Curré toda la semana”.
Es la polla: Cuidadito con esta expresión que si le quitan el artículo la el significado cambia radicalmente. Así que siempre que quieran decir que alguien es “un chingón” o “el más chingón”, pues basta con decir “es la polla”.
Flipar: Debo confesar que hasta antes de publicar este artículo no tenía tan claro su significado, pues también puede emplearse en infinidad de contextos y variantes. Los ejemplos y explicaciones son de mi queridísima Ane, amiga del País Vasco, quien aclaró mis dudas y me dio algunos ejemplos:
- Indignación: “El gobierno nos estafa y no van a la cárcel, yo flipo”.
- Asombro: “Es flipante lo mucho que curra esa tía y no consigue trabajo, no lo entiendo”.
- Que algo te flipe, es decir, que algo te gusta mucho: “Me flipan las animaciones de Coco”.
Guay: De las expresiones de los españoles más famosas en México, que, como muchos de ustedes saben, es equivalente a padre o chido: “Qué guay la pasé ayer”.
Librar: Una palabra que a todos nos encantaría decir cada dos días a la semana, porque si dices “hoy libro”, significa que no trabajarás, que tienes el día libre.
Mazo: “Un chingo”, “muy cabrón” (con la acepción positiva de mucho), “cañón”. Por ejemplo: “Me gusta mazo” / “Me gusta muy cabrón”, “Me gusta un chingo”. También:
—Hace mucho frío.
—Sí, cañón. / Sí, mazo.
Mola: Rifa. “Ese bar mola” / “Ese bar rifa”. Es la traducción más cercana que he encontrado, sin embargo, no son exactamente sinónimos.
Mola mazo: Esta es una auténtica expresión madrileña y significa: “rifa un chingo” / “rifa cabrón”. Por ejemplo: “Ese escritor mola mazo”.
Mogollón: Al igual que mazo, significa mucho, un chingo, cañón: «Te quiero mogollón» / «Te quiero un chingo».
Ni de coña: Esta es de mis favoritas, pues si además le añades el acento español resulta muy divertida. Significa “ni de broma”, “ni loca (o)”, “ni de locos”.
Pillar: Otra palabrita con muchísimas acepciones según el contexto, por lo que es difícil darle una sola traducción. Pero, en términos generales, podríamos decir que significa tomar, encontrar, cachar, por ejemplo: «pillé el metro», «pillé una oferta», «pillé un catarro».
Por los pelos: Otra de las expresiones que cuando escuché por primera vez no pude evitar soltar una risita e imaginar la cantidad de albures que se podrían decir. Y es que la frase completa que escuché fue: “Lo pillé por los pelos”; es decir, “lo alcancé de chiripa” o “por poco y no lo alcanzo”. Pero, en términos generales “por los pelos” , en mexicano, dependiendo del contexto, puede ser: “de panzazo”; “de casualidad”; “por tantito”.