“Esta piñata es de muchas mañas, solo contiene naranjas y cañas”.
La gran tradición piñatera mexicana se originó hace muchos siglos en China como celebración del año nuevo. Fue a través del gran viajero veneciano Marco Polo (1254-1324) que llega a Italia, donde se instala como uno de los pilares de la celebración de la cuaresma. El nombre de la piñata proviene del italiano pignatta, que denomina a la olla de terracota en donde se cocina el platillo denominado pignatta, de igual forma que la paella es tanto el platillo como el plato.
De Italia pasó a España y de ahí a México, donde se convierte en elemento indispensable de las posadas, del 16 al 24 de diciembre y, más recientemente, de muchas fiestas de cumpleaños de escuincles. El Templo y Exconvento de Acolmán (siglo XVI), en el Estado de México, reclama el honor de ser la cuna de las primeras posadas con sus respectivas piñatas.
En su metamorfosis de oriente a occidente, en el antiguo México la piñata fue utilizada como parte de la evangelización. La piñata representa el rompimiento de los siete pecados capitales y de los atractivos colores de la tentación a través de la fe ciega y de su transformación en la riqueza de los cielos. Actualmente, en la sociedad mexicana, aunque sobreviven las piñatas originales de barro forrado de coloridos picos, en la representación piñatera también ha surgido la desafortunada representación de los queridos héroes de las fantasías, para que los inocentes pequeñines aprendan a despedazarlos a golpes y a recibir como recompensa kilos de comida chatarra.
El relleno original
Las piñatas originales se rellenaban con productos de la estación. Algunos de ellos nativos de México como la jícama, el tejocote, otros de Sudamérica como los cacahuates y varios más traídos por los españoles desde varios rincones del planeta, particularmente de Asia, como la caña de azúcar, las naranjas, mandarinas y limas. Por cierto, a menudo nos referimos a las frutas de la piñata, pero no todas son frutas… algunas son tallos o raíces. Además de las sabrosas frutas, las piñatas se rellenaban con dulces conocidos como colación.
Jícama
La jícama, del náhuatl, xicamatl, “raíz de agua”, no es un fruto, sino una raíz. También conocida como nabo mexicano (Pachyrhizus erosus), es un pariente del frijol que se desarrolla como enredadera de hasta 4 o 5 metros, con un tubérculo de hasta 30 centímetros, que puede pesar hasta 23 kilos. Es originaria del continente americano y utilizada desde México hasta Brasil. La jícama es reconocida como una buena fuente de vitamina C y de potasio. Se reconocen dos variedades principales, la jícama de agua y la de leche, la primera, redondeada y con jugo transparente y la segunda alargada y con jugo lechoso. A diferencia de su sabrosa raíz, las semillas de la jícama producen rotenona, sustancia química altamente tóxica a insectos y peces, que se ha utilizado como insecticida natural. Además de la especie cultivada, en México existen otras dos especies de jícama (P. strigosus y P. ferrugineous).
Cacahuate
El cacahuate (Arachis hypogea), del náhuatl, cacao, tlalli, «tierra», como la jícama, también es pariente del frijol. Es una pequeña hierba de flores amarillas cultivada desde hace más de 7,000 años, al parecer originaria de Sudamérica, en particular del Perú. En el entierro del Señor de Sipán de la cultura moche (100 y 700 d.C.) del noroeste del Perú, en 1987 se descubrió un gran collar con 20 cacahuates, diez de oro y diez de plata, que significan el renacer, el sol, masculino y la luna, femenino.
Caña
La alargada caña o caña de azúcar (Saccharum officinarum) es un miembro de la familia de los pastos (Poaceae). De 3 a 4 metros de altura, el origen de este increíble pasto se remonta a hace 6,000 años en las regiones tropicales del sureste de Asia, particularmente a la isla de Papúa Nueva Guinea, la segunda más grande del mundo. El cultivo y la refinación del azúcar se movieron por India, China, Persia, Egipto y Europa y de ahí llegó a América acompañando los viajes de los conquistadores. Es una de las plantas más eficientes en la conversión de energía solar y el azúcar que produce es una de las fuentes energéticas más económicas. Del tallo de la caña se obtiene la sacarosa, carbohidrato compuesto de glucosa y fructuosa. El 80 por ciento del azúcar del mundo proviene de la caña de azúcar.
Tejocotes
El tejocote (Crataegus mexicana), del náhuatl tetl, «piedra», xocotl, «fruta», “fruta dura como piedra”, es un especie perteneciente a la familia de las rosas (Rosaceae). El tejocote es un árbol pequeño de entre 5 y 10 metros de altura. Se distribuye principalmente en las montañas del centro de México.
Naranja dulce, limón partido
Las naranjas, mandarinas y limas son parientes y son biodiversidad hecha por el ser humano. Todas ellas y otras 1,600 especies pertenecen a la familia Rutaceae y en particular al grupo de los cítricos (Citrus) también conocidos como agrios. Se considera que ellas y otras más como el limón y la toronja provienen de hibridaciones de tres especies: la pamplemusa o pomelo (Citrus maxima), la mandarina (Citrus reticulata) y el cidro (Citrus medica). Todas ellas se originan en Asia, incluyendo India, Pakistán, Vietnam y el sureste de China. En México, un miembro de la familia es el sabroso zapote blanco (Casimiroa edulis) o cochitzapotl, del náhuatl, “zapote adormecedor”.
La piñata en su relleno lleva una gran historia. Es la historia de la antigua domesticación de las plantas en regiones remotas en el planeta y su travesía cruzando continentes y culturas para reunirse dentro de una oscura olla de barro a compartir en voz baja sus milenarias aventuras.
Agradezco a Tere Gómez la sugerencia de este mexicanísimo tema.