Los regiomontanos dicen que los del centro hablan cantadito y los poblanos y tapatíos dicen todo lo contrario. En México, parece que nadie se entiende y que cada ciudad habla su propio dialecto.
El amor de los regiomontanos por su ciudad no tiene igual y aunque todos los critiquen por vivir ahí, con el “clima” prendido todo el día o “empalmados” con cobijas por el frío, nunca lograrás que salgan de Monterrey, porque ahí un “six” de “cheves” con una buena carne asada son suficientes para solucionar todos los conflictos de la vida.
Ni hablar del futbol, porque dicen que si le vas a los Tigres eres un naco y si le vas a los Rayados eres nice, aunque claro, mitos urbanos hay muchos y con la política, religión y futbol es mejor no meterse si se quiere llevar la fiesta en paz.
La Fundidora y el Tec son más que un símbolo de la ciudad, son todo un emblema. Pocos osados se atreverán a criticar cualquiera de los símbolos norteños. Como Monterrey no hay dos porque Monterrey “está con madre”:
Achicopalado: estar triste.
Ajúa: grito norteño que denota mucha alegría.
Apá: papá.
Bolas: pesos (moneda).
Boruca: ruido, alboroto, escándalo.
Carro, carrilla, tirar carro, acarrillado: burlarse de defectos o situaciones de alguien.
Cero que ver: expresión en la que se refiere no saber nada del tema o no tiene nada que ver lo que están diciendo con la realidad.
Clima: aire acondicionado.
Compa: amigo.
Con madre: excelente, demasiado bueno.
Cheve: cerveza.
Huerco, chamaco, chilpallate, escuincle: niño pequeño.
Lonche: comida o alimento que se ingiere entre comidas.
Pisto: bebida alcohólica.
Te la bañas: te pasas, te cargas, exageras.
Troca: camión, camioneta.