Estimaciones del propio gobierno local aseguran que en este municipio michoacano se elaboran cerca del 98 por ciento de las guitarras que se producen a nivel nacional.
Algo más dicen por aquellas tierras: Paracho es también, simbólicamente, una marca. “¿Esta guitarra es de Paracho? Entonces es de buena calidad”.
En la actualidad, es de sobra conocida la fama de los instrumentos de cuerda fabricados en este municipio. Se trata de una popularidad que trasciende fronteras, pues se venden lo mismo en los establecimientos del lugar que en prestigiadas casas de música del Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey. O bien, en Europa, Asia y América del Norte.
En Paracho cerca de 300 artesanos fabrican guitarras todos los días. Poseen la virtud de la mano experta, del ojo exacto, de la sensibilidad viva que ha sobrevivido a la memoria. Pero también de algo muy importante: de la paciencia que reclama la madera.
Las características de las guitarras elaboradas en Paracho permiten hoy su exportación. Son muy valoradas en sitios tan distintos como Canadá, Estados Unidos, Bélgica, Francia, Hungría, Suecia y distintas naciones de Centro y Sudamérica. Según los propios fabricantes, los profesionales, concertistas y coleccionistas de todo el mundo las prefieren gracias a una serie de irrepetibles peculiaridades: perfecta afinación, potencia de sonido, riqueza tímbrica, equilibrio sonoro, acción, comodidad y, desde luego, belleza.
Los artesanos de este lugar saben que la gran oleada de productos de importación repercute en la demanda, pero no les importa demasiado. Un instrumento producido en serie, aseguran, satisface solamente al músico principiante. Pero una vez que esta persona afine su habilidad, dirá como todos los demás conocedores: para guitarras, ¡las de Paracho.