En el comienzo fue el campo, la flora silvestre habitada por cientos de pequeñas variedades de mazorcas campestres. Hace más de siete milenios, nuestros antepasados comenzaron a cultivarlas en la zona sur del país, hasta inventar el maíz: símbolo del sol, del mundo y de la creación del hombre. Su nombre científico es Zea mays y constituye la base de la alimentación del mexicano. A la mazorca madura se le llama elote, del náhuatl elotl.
Tres alimentos indispensables para nuestra gastronomía derivan del maíz: la tortilla, “el pan del indio”, que recibe su nombre por su figura redonda, como la tortilla española y los tamales, cuyo nombre proviene del azteca tamalli (envuelto) y consta de masa de maíz con manteca, envuelta en hoja de plátano o del mismo maíz y rellena de diversos guisos. Por último, el atole, del azteca atolli (aguado). Además, en la mazorca degenerada se desarrolla un hongo comestible llamado huitlacoche o cuitlacoche, del azteca cuitlatl (caca) y cochtli (dormido).
A la par del maíz, otro elemento característico de la comida mexicana es el chile, con el cual se cocina desde hace más de 1,500 años. Palabra que proviene del náhuatl chili (ají o pimiento de las Indias).
El chocolate viene del maya chokol (caliente) y a (agua). Alimento que se obtiene de la mezcla de cacao con azúcar y que fue popularizado en Mesoamérica por los olmecas.
La palabra mole viene del azteca molli, que significa “salsa”. De él derivan el guacamole, del náhuatl ahuacamulli (guisado de aguacates). La palabra aguacate a su vez, proviene de ahuacatl que significa “testículo” y es fruto de un árbol de la familia de las lauráceas que recibe el mismo nombre.
Otro platillo típico mexicano es el pozole, del azteca pozolli (espumoso). Se hace principalmente en Jalisco con un caldo de maíz cocido y cabeza de puerco.
¡Buen provecho!