Durante el mes de julio, la Secretaría de Turismo de México presentó en París, Francia, la exposición “Mexique: le vivre pour y croire” (“México: vivirlo para creerlo”). El parque de La Villette acogió este magnoevento que dio a conocer al público parisino –aproximadamente 48,000 visitantes– una probadita de nuestro país. La magia y el color fueron el hilo conductor de Visit Mexico; la música, invitaba a los paseantes desde varios puntos del parque a acercarse a conocer nuestra riqueza, apreciar los alebríjes y catrinas gigantes.
La exposición fue muy lúdica e interactiva. En la entrada se proyectaba un video para todo aquel que, incluso, desconocía la ubicación geográfica de nuestro país, así como datos duros como extensión territorial o población, datos históricos y una que otra curiosidad como el origen de la palabra “mariachi”.
“Mexique” tenía varios hilos conductores, el primero, y probablemente el más importante para el gusto francés, la comida, la cual se dio a conocer a través de un video sobre la nueva cocina mexicana, donde destacaron los grandes cocineros nacionales y los platillos experimentales. Con la ayuda de paneles interactivos, el público pudo conocer la historia sobre el maíz y la tortilla, desde su cultivo hasta cómo funciona una tortillería. El otro panel estaba destinado a hablar de los tacos; de qué región es cada uno de ellos, así como la forma de enrollarlos y comerlos.
Otro eje importante fueron los textiles, pero no a la creación de bordados, sino a la ropa con la exposición de trajes típicos y de nuevos diseños que conjugan las nuevas técnicas y la tradición. Gracias a un panel interactivo, la gente podía “probarse” prendas virtuales de trajes tradicionales mexicanos. Para los hombres era posible hacerlo con traje de charro o de mariachi, mientras que las mujeres podían intentarlo con traje de tehuana o de chiapaneca. Esta sección, fue la más popular entre los niños que hacían fila para vestirse con los trajes virtuales.
En el centro de la exposición se encontraba el Vochol, para los que no lo recuerden, es un automóvil modelo Volkswagen, totalmente cubierto por chaquiras, tipo arte huichol. La pieza del artista Francisco Kena Bautista capturaba la atención de todo el público pues la coccinelle (catarina) es en sí un objeto de colección para el público francés.
La última parte estaba dedicada a promover el turismo en México. Con pantallas interactivas, el público podía recorrer circuitos temáticos de viaje. Por ejemplo, México urbano, zonas arqueológicas, playas o ecoturismo. Los visitantes podían escoger un tema y los videos explicativos los guiaban de acuerdo a su selección.
En la salida se encontraba una tienda de artesanías típicas, productos de nuevos diseñadores mexicanos y libros sobre México. Y para los que se quedaron con hambre, había un local acondicionado como restaurante mexicano que proponía a los franceses la degustación de tacos.