México ha sido un país prolífico en el campo de la literatura desde sus épocas precolombinas. El legado poético de Nezahualcoyotl, Axayacatl y Tochihutzin son una muestra de la importancia que la palabra, tanto oral como escrita, tenía para los pueblos mesoamericanos. Era tan grande el amor y el respeto que sentían por los códices, cuyo contenido resguardaba toda su sabiduría científica, literaria, religiosa y política, que el fraile franciscano Diego de Landa escribió en su Relación de las cosas de Yucatán: “Hallamosles grande número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa, en que no oviesse superstiçion y falsedades del demonio se los quemamos todos, lo qual a maravilla sentían y les dava pena”.