Este viernes 23 de mayo de 2025, el jurado dictaminador del premio Princesa de Asturias anunció que la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide fue elegida para recibir el galardón de las Artes debido a su amplia trayectoria y contribución social. Sobre su trabajo, los críticos dicen que la artista posee una lente privilegiada capaz de transmitir “un mundo hipnótico que parece situarse en el umbral entre la realidad más cruda y la gracia de una magia espontánea”. Si duda, sus fotografías son el reflejo de una mirada perspicaz que ha sabido capturar, a la vez que transmitir, un halo franco y nostálgico del mundo que nos rodea.
Del cine a la fotografía
Graciela Iturbide nació en la Ciudad de México el 16 de mayo de 1942. Comenzó sus estudios cinematográficos en 1969, en el entonces Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Planeaba convertirse en directora de cine, no obstante, el rumbo de su carrera cambió cuando conoció el trabajo del fotógrafo Manuel Álvarez Bravos, de quien fue alumna y asistente.
A lo largo de los años setenta recorrió Latinoamérica. Sus principales destinos fueron Cuba y Panamá; después, en 1978, la designaron comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México con el objetivo de documentar a la población indígena. Iturbide fotografió a los pueblos seri de Juchitán y de este trabajo pudo hacer el libro Juchitán de las mujeres (1989). Luego de esto continuó su trayectoria en Alemania Oriental, India, Madagascar, Hungría, Francia y Estados Unidos.
Su esencia artística
Los trabajos de Graciela Iturbide sobresalen por la profundidad y el sentido poético que impregna en cada una de sus fotografías a través de su característico uso del blanco y negro. Mientras realizaba los registros documentales de su “Cuaderno de viajes”, “El baño de Frida” o “Juchitán” también surgió su gusto e interés por el retrato y la descripción de la naturaleza humana, la cual retrataba a través de objetos encontrados o paisajes de su entorno.
Trabajos y exposiciones
Iturbide ha protagonizado exposiciones individuales en algunos de los centros e instituciones artísticas más importantes del mundo, como el Centro Pompidou de París, el San Francisco Museum of Modern Art, el Philadelphia Museum of Art, el Getty Museum, el Fotomuseum Winterthur y la Barbican Art Gallery, entre otros. Su labor ha quedado reflejada además en varios volúmenes editoriales como Avándaro (1971), con textos de Luis Carrión; Graciela Iturbide: La forma y la memoria (1996), con textos de Carlos Monsiváis; Pájaros (2002), con textos de José Luis Rivas y Bruce Wagner; Graciela Iturbide: Eyes to Fly with / Ojos para volar (2006), con textos de Fabienne Bradu y Alejandro Castellanos; El baño de Frida Khalo (2009); Graciela Iturbide: México-Roma (2011) o Graciela Iturbide: No hay nadie / There is no one (2011), con textos de Óscar Pujol, entre otros.