Son 12 destinos turísticos los que componen la magia del Caribe Mexicano, muchos de ellos conocidos mundialmente como el famoso Cancún, la muy visitada Riviera Maya o la isla de Cozumel, pero los secretos que guarda el Estado de Quintana Roo van mucho más allá de sus hermosas playas.
De estos grandes epicentros del turismo, de los que también hacen parte Playa del Carmen, Tulum, Isla Mujeres, Costa Mujeres, Holbox, Bacalar, Chetumal, Mahahual y Puerto Morelos, se desprenden miles de experiencias adaptadas para diferentes gustos y presupuestos. Todos con algo muy relevante en común: albergan las raíces ancestrales de la civilización Maya.
Aprovechar al máximo un viaje por el Caribe Mexicano es, en sí mismo, una aventura de planificación, pues las opciones para recorrer su extenso territorio y probar un poco de su magia, son muchas. Por eso se trata de un destino al que hay que visitar muchas veces, pues siempre tendrá nuevos secretos por ser revelados.
A continuación, una propuesta que equilibra el confort y el descanso en arenas doradas y un mar de muchos colores; con experiencias inmersivas culturales que conectan con la esencia de los Mayas, más un poco de entretenimiento y diversión.
Quintana Roo, de Norte a Sur:
Llegando por el aeropuerto de Cancún, uno de los cuatro internacionales del Estado, la aventura comienza desplazándose hacia el sur, para que la primera sede de operaciones sea Playa del Carmen, una ciudad vibrante de vida diurna y nocturna, que te hace sentir inmediatamente que llegaste a México.
Allí se encuentran muchos hoteles para todos los estilos de viajero, desde hostales hasta grandes resorts como el RIU Palace México Beach, ubicado en el complejo de hoteles y residencias Playacar. Este lugar tiene todo lo necesario para una estancia que desconecta con la realidad, pero que, por su cercanía con lugares emblemáticos como la famosa Quinta Avenida de Playa del Carmen, crean el balance perfecto entre descanso y contacto con la cultura local.
Y lo mejor, allí mismo se encuentra el muelle que conecta con la Isla Cozumel, un paraíso que, en tan solo 45 minutos en Ferry, te lleva a ver el Cielo. Y no es exageración, pues además de tener una playa que recibe ese nombre por sus aguas azules y cristalinas que se conjugan con el firmamento, en esta Isla el visitante siente con frecuencia vibras celestiales, pues cada rincón lo dejará sin aliento.
En busca de la magia de los Mayas
Luego de asombrarse y de bañarse en estas aguas caribeñas, el balance de este recorrido lleva a cambiar de sede de operaciones. Ahora es la Riviera Maya, una inmensa área llena de complejos hoteleros de altísimo nivel, la que da la bienvenida. Una gran opción son los hoteles Barceló, que cuentan con un centro turístico compuesto por varios resorts, cada uno con experiencias diferentes y orientados a distintos tipos de turistas, desde familias hasta un gran hotel sólo para adultos. Todos a la orilla del mar y con amenidades para que todos los huéspedes puedan disfrutar dentro y fuera de sus hoteles, como casinos, discotecas, restaurantes y muchas áreas deportivas y de relajación.
Y lo mejor, es que se ubica más hacia al centro del Estado y especialmente a Tulum, en donde se encuentra la primera experiencia Maya de este recorrido. Se trata de la zona arqueológica en donde es posible ver vestigios muy bien conservados de lo que fue una gran civilización ancestral. Y es en este lugar en donde mejor se puede apreciar la dualidad del Caribe Mexicano, pues mientras se recorren sus antiguos caminos y se evidencia cómo era la vida en este lugar, entre palacios, viviendas y templos, se vive la inmensidad y belleza del mar de Quintana Roo.
Los secretos de la selva Maya
Y para entender mejor a esta cultura, no basta con ver sus vestigios. Es necesario adentrarse en ella, pues aún está viva y así lo respiran los quintanarroenses. Por eso hay que desplazarse hacia la zona de Maya Ka´an, alejándose de la costa y entrando en la selva para vivir una experiencia real que comienza en el poblado de Tihosuco. Allí se puede visitar el Museo de la Guerra de Castas (1847-1901) considerada como la más larga y exitosa en una serie de rebeliones mayas; y el templo del Niño Jesús, una iglesia construida entre los siglos XVII y XVIII, que hoy continúa en pie como testigo histórico de una era llena de relatos que hacen parte de la cultura colectiva de la región y del país.
El recorrido continúa en la Comunidad de El Señor, un poblado Maya en donde es posible ver y escuchar de primera mano, cómo se ejecutaban varias actividades que aún siguen vigentes como el hilado del algodón, del henequén, o el cultivo de la abeja Melipona (exclusiva de esta zona). Allí también se comerá como lo hacían y lo hacen los Mayas en la actualidad, y se podrá participar de una ceremonia de purificación por uno de los abuelos de la comunidad, entre muchas otras actividades.
Cenotes y una experiencia muy mexicana
De regreso hacia el norte y ya con las energías recargadas por este contacto directo con las comunidades Mayas, es necesario hacer una parada en los Cenotes de Quintana Roo. Estas formaciones naturales de agua de gran profundidad que abundan en toda la península también guardan una estrecha relación con la cultura Maya, pues son consideradas como fuentes de vida y puentes hacia el otro mundo. En estos lugares es posible nadar, tanto en aquellos subterráneos como los que se distinguen al aire libre, conjugando una experiencia natural sin precedentes para el visitante.
Y para cerrar con un toque de la cultura mexicana contemporánea, una visita al parque Xoximilco de Xcaret conecta con una de las más emblemáticas experiencias del centro del país: el recorrido en trajineras. Este parque recrea esta actividad tradicional de la Ciudad de México, llevando a los visitantes de Quintana Roo a vivir una experiencia llena de color, gastronomía y música abordo de las típicas barcas decoradas con distintivos elementos del país, para que así todos los turistas se lleven una parte de México en su corazón, antes de su partida.