En el centro de la capital de Tlaxcala, hay monumentos que resultan interesantes por su apariencia y extensión. Uno de esos casos, es el teatro Xicohténcatl (nombre del famoso guerrero tlaxcalteca), que lanza destellos desde el primer momento en el que se le contempla; aunque la parte frontal es gris, se distingue de las otras construcciones.
Se trata de un edificio que nació en una etapa importante, como comenta la maestra en Teatro, Esperanza Rodríguez: “El recinto tiene su origen a mediados del siglo XIX. Surge precisamente en un período conocido, aquí en Tlaxcala, como Prosperato (mandato de Prospero Cahuantzi, quien modernizó al estado; de hecho lo gobernó durante el Porfiriato), con la finalidad de darle un espacio a las artes”.
Las puertas del recinto, labradas en herrería, son vigiladas por motivos florales que forman parte de la fachada. En la segunda planta, hay grabados en los vidrios que dan la bienvenida; mientras los leones emergen de los arcos que protegen las ventanas. Aparte de las columnas, con carácter europeo, sobre el lugar se levanta la fecha ‘1946’ y a ambos lados la acompañan pequeños vasos monumentales. La influencia extranjera no termina al entrar, pues el pequeño vestíbulo tiene molduras doradas con blanco, candiles de cristal cortado y muros color durazno.
Unos pasos más adelante, la luz abandona durante unos instantes a los visitantes, pero al internarse, los palcos y todos los asientos ofrecen un plano armonioso, pese a que el lugar no es demasiado alto. Resulta imposible no levantar la vista, pues allí está un plafón art nouveau, único en su tipo, con nueve musas inspiradoras semejantes a hadas que rodean al Sol. Debajo de él, aparece el valle de Tlaxcala, con la Malinche y las torres de diversas edificaciones religiosas, como la catedral. Decoraciones blancas y doradas dividen a cada musa, incluso continúan su camino más allá, hasta el techo, donde hay dos rostros masculinos, uno sereno y otro malicioso, ambos mirando al público que se congrega abajo.
Además, la maestra en Teatro comentó que “este es un teatro al estilo italiano. Se construye en dos etapas; la primera se enfocó en la bóveda, incluso de las escaleras hacia atrás; la segunda, se trata de la renovación, incluyendo el lobby. El material con el que se construyó es cantera, traída del municipio de San Martín Xaltocan. La distribución del teatro, en concha, así como el plafón donde están pintadas las nueve musas, es algo que lo caracteriza en la parte arquitectónica y artística”.
El escenario está enmarcado por decoraciones y es sostenido por pilares griegos. Cortinajes, que parecieran ser de terciopelo, caen delicadamente y rematan el lugar. Es sorprendente que el teatro haya tenido otros usos. Por ejemplo, como cine o congreso del estado.
Las visitas al lugar pueden realizarse justamente en mayo, de acuerdo con Esperanza Rodríguez: “ahora el lobby funge como sala de exposiciones temporales y mientras haya algo que mostrar ahí, pueden entrar de lunes a viernes, desde las 10:00 a.m. hasta las 5:00 p.m. Si gustan, pueden venir el próximo viernes, 13 de mayo, pues se inaugurará una obra de un maestro tlaxcalteca, y a partir de esa fecha, todo el mes estará abierto al público en ese horario, no solamente para que vean la exposición, sino para que también conozcan el edificio”.
A semejanza de una rosa, el teatro permite que los viajeros contemplen su belleza, incluso podrán llevarse como recuerdo su fragancia penetrante y dulce.