Desde le época grecolatina, la escultura ha sido una de las artes más respetadas, incluso se le considera como la arquitectura del cuerpo humano. En esa disciplina hay muchos exponentes, como Emeterio Valderrabano, un artista poblano, específicamente de Xicotepec, que se deja guiar por la razón y por el sentimiento, lo cual resulta en trabajos indescriptibles. Mientras esculpe es visible el gusto que siente por su profesión, incluso el cielo se abre, dejando pasar a una musa, quien lo corona con laureles y le da inspiración. Pero una vez que Emeterio está dispuesto a conversar, la musa se pierde en la gloria de la bóveda celestial.
- ¿Qué te motivó a estudiar para ser escultor?
Fíjate que yo no estudié escultura, ¿tú crees? Primero estudié Diseño Gráfico y me equivoqué de carrera, de eso me di cuenta a los dos años y medio. Después, debido a que siempre toqué instrumentos musicales, estudié Música durante tres años y me dediqué a ella por dos décadas. Con Diseño Gráfico hay un tronco común con Artes Plásticas y ahí se desarrolló cierto enamoramiento por técnicas tradicionales, pese a que no concebía su magnitud. Pero, lo digo así, accidentalmente llega la escultura a mí.
- Obviamente llegaste a esa práctica después de probar aquí y allá, incluso esto te ayudó a desarrollar cierta temática. Sin embargo, ¿cuál fue el hecho que definió tu actual profesión?
Mira, aproximadamente tenía 35 años cuando conocí el oficio de escultor, esto por una convocatoria que se publicó en el periódico y en ella se hablaba de hacer un trabajo artístico. Más o menos, 15 días antes había ido a una citación así y querían que les ayudara en la música de un grupo, cuya temática era de los 70s, inclusive colaboré con la narrativa; entonces pensé que lo del periódico era algo similar. Pero resulta que al llegar al lugar, comprendí que la actividad se trataba de replicar una pieza, porque había un proyecto para esculpir a un político y buscaban a personas con aptitudes artísticas. Intenté salir del lugar y aunque toda la vida he dibujado no quise hacerlo; pero al abandonar el sitio me topo con el escultor que estaba a cargo y me detiene diciendo: “¿Qué pasó, a dónde vas amigo?” Le expliqué que sabía dibujar y me invitó a quedarme y a participar, cosa que hice y entré en el proyecto. Esto me ayudó a percatarme de que podía esculpir. Posteriormente trabajé en una empresa que se dedicaba a eso, donde yo les hacía el modelado de piezas y entonces la seguridad de con un puesto y sueldo, me ayudaron a perfeccionar mi técnica. Mi pasión siempre ha sido la música, de hecho La Jornada me entrevistó porque era parte famélica de un grupo (Carcoma) al cual regresaré, entonces ahí me catalogaron como músico y escultor. Gracias a esa entrevista se empezaron a generar ciertos trabajos porque también es importante que sepas que en estos 10 u 11 años que llevo en el arte visual, he sido escultor por pedido, no he tenido tiempo de desarrollarme como lo he hecho en la música; por eso no me considero un artista, por la falta de libertad.
- Pero en este caso vi obras como un perro esculpido y me llamó la atención tu método con influencia neoclásica. Por tanto, ¿consideras que tienes un estilo definido o aún no?
Efectivamente, mi forma de trabajar la escultura es figurativa realista. Considero que no hay escultores con menor calidad, lo que sucede es que la mayoría de los que estamos metidos en el pedido, actualmente trabajamos bajo mucha presión. En eso quizá he sido muy rígido y muestro la pieza como considero que debe ser; hasta hay colegas que por la presión entregan su trabajo en tiempo y forma, pero sin calidad. En otra época, cuando se solicitaba el servicio de un escultor éste podía tardar lo que quisiera; actualmente no es así, de hecho no soy un escultor rápido entonces les comento que debo trabajar en mi tiempo porque de otra forma mi creación será de menor calidad y ni siquiera estaré satisfecho, lo que es más está firmada y la obra hablará de mí. Esa es la razón por la que considero que actualmente los trabajos de muchos escultores no se desarrollan adecuadamente, por los tiempos de los clientes. Por mi parte, no puedo decir que tengo un estilo desarrollado.
- En promedio, ¿cuánto tiempo requieres para realizar una escultura?
Depende, por ejemplo un busto conlleva tres o cuatro meses; una pieza de tamaño natural demanda más de cinco meses. El periodo varía. De hecho, la otra vez un arquitecto que conozco me comentó: “N´hombre, yo me estoy aventando cinco casas y tú una obra”; pero es distinto porque el escultor hace la obra sin ayudantía, sobre todo cuando no son monumentales como los bustos o de tamaño natural. Cuando aumenta en tamaño puedes tardar más, y eso con ayudantes. Hay que recortar horas de dormir, porque resulta una disciplina ufff… te esclaviza completamente.
- Aparte de tu técnica, llama la atención la forma en que empleas ciertos elementos, por ello ¿Qué materiales son tus favoritos para modelar?
Me encuentro muy compenetrado con los trabajos cuyo terminado es de bronce o en resina. Eso es prácticamente en lo que he me enfocado más. Para ese tipo de tarea, realizo un modelado en plastilina, se le añade espuma de poliuretano y voy detallando la pieza con esos materiales. Después utilizo caucho para registrar el detalle y fibra de vidrio para contener el caucho, que son los moldes, aunado a que en el proceso se utiliza cera; pero todo es dirigido hacia la fundición de bronce a la cera pérdida, una técnica antiquísima. La razón de todo esto es porque casi todos los pedidos que son para municipio se requieren así, aunque últimamente he utilizado otros componentes como el cemento directo, siendo trabajos que no se aceptaban hasta hace poco, porque la pieza tiene poca vida, pero el costo, en primera instancia, es bastante accesible y digo en primera instancia porque se le debe dar mantenimiento cada cierto tiempo (cada cuatro años), entonces a la larga no sale tan económico el asunto.
- Aunque la creación suele ser exhaustiva, como buen artista que eres, supongo que tienes algún momento favorito durante ésta.
Al impartir talleres dejo en claro que esculpir conlleva mucho esfuerzo y tiempo, pues se debe elaborar un proyecto donde se tratarán varios pasos, igualmente se desarrollarán técnicas necesarias. Es un poco monótono, sin embargo cuando hago reconocimientos me otorgan cierta libertad, cosa que normalmente no suelo tener. Entonces, al hacerlos, la parte que me agrada es cuando los estoy creando, porque me salgo un poquito de lo rígido del proceso; asimismo me agrada cuando aplico bulto, le llamo así a añadirle volumen a la pieza antes de detallarla; porque cuando se empieza a afinar, bueno en mi caso, no es tan atractivo como cuando hago empastelado, que es dejar el volumen suficiente en una parte y que esta adquiera vida, pero sin tanto rasgo, inclusive a mí me gustan más las piezas así; pero la mayoría de los clientes quieren las obras de otro modo. Esa es la desventaja de trabajar bajo pedido, por eso no me considero un artista desde esa perspectiva, ya que soy escultor bajo pedido.
- La libertad es buena aliada para crear. Si tuvieras oportunidad de plasmarla, ¿cómo la representarías?
Pues, debo sentarme y analizar todo el proceso, ya que en primera instancia esto no es inmediato, necesito hacer bosquejos y conocer el tema del que se hablará, por ejemplo, en este caso qué es la libertad. Hay que leer y empaparse sobre el tema para generar este bagaje, que te permita empezar a generar formas y ahí entra un poquito la pasión de uno, el mismo material te va dando la pauta y la dirección. En mi caso, yo no soy tan figurativo cuando trabajo con libertad, me dejo fluir más, quizá caigo un poquito en abstracto.
- ¿Cómo definirías esta forma de expresión, es decir, la escultura?
¿Cómo la definiría? Uy, buena pregunta… Una disciplina cuya virtud se expresa a través de las formas y los espacios compuestos, de tal manera que causen cierto impacto, con ayuda de la belleza. Aunque se le considera arquitectura del cuerpo humano, la escultura no necesariamente es funcional, mientras que la otra arquitectura sí tiene esa parte.
- ¿Dónde podemos ver tus trabajos?
Algunos están colocados, por ejemplo en Xicotepec (en la avenida 5 de mayo, por donde se encuentran los murales; las esculturas de ahí son de mi autoría), en Tlatlahuiquitepec, ambos pueblos mágicos; en Veracruz y probablemente haya algo en otros sitios. Te comento lo anterior porque cuando inicié, los dos primeros años trabajé para una empresa como escultor, pero no firmé las obras. No me interesaba conocer su destino ya que muy enrolado con la música; comprendo que algunas quedaron en manos de políticos, pero de las demás desconozco detalles. Sin embargo, me sentiré demasiado honrado y agradecido de que las contemplen.
Nota: La fotografía utilizada corresponde a Emeterio Valderrabano (cortesía).