Aplaudirle al jarabe tapatío afuera del Teatro Degollado en Guadalajara, buscarse una pareja para disfrutar la clase de danzón veracruzano en el Malecón de Boca, pasear por la Plaza de Armas, escuchar una quebradita que nos hace brincar a cada paso y caminar con el ritmo de las tobilleras que resuenan en los pies de los danzantes aztecas atrás de la Catedral.
Desde 1982, el 29 de abril se celebra el Día Internacional de la Danza, una festividad creada por el Comité Internacional de la Danza de la UNESCO. Es una fecha que también conmemora el natalicio de un gran bailarín francés que se reconoce por haber sido el creador del ballet moderno. Los bailarines modernos buscan compartir el legado del gran Jean-Georges Noverre invitando a todos a conocer la disciplina y el arte de la danza y a entender que es una forma de expresión que remonta barreras y une al mundo mediante un lenguaje corporal común.
Baila como si nadie estuviera mirando, baila como si no hubiera mañana, baila tu tristeza y tu alegría, siente la música, experimenta con movimientos diversos y deja que tu cuerpo inspire tu alma. La danza es más que una ejecución de movimientos al ritmo de la música, la danza es un arte y una forma de expresión, una manera de sentir la vida y vivir lo efímero de los momentos, haciendo que estos duren un poco más y permanezcan en la memoria corporal para siempre.
En nuestro país hay manifestaciones dancísticas de todo tipo, la danza “folclórica” es única en cada región y se distingue por el tipo de música que usa y la majestuosidad de los trajes que portan los bailarines. Tenemos conocimiento de que la danza existe desde la prehistoria y ha ido cambiando, evolucionando y transformándose poco a poco, de manera tal que hoy en día se puede apreciar como un arte y se representa de forma cotidiana, siempre con una finalidad más allá de lo perceptible.
No todos son lo suficientemente valientes como para entregarse a una disciplina tan difìcil y exigente como lo es la danza. Sin embargo, habemos muchos que luego de experimentar una sensación de libertad tal, no logramos despegarnos de ella y continuamos bailando, como si la vida fuera nuestro escenario y todo lo demás nuestra música.
Para este año, te recomiendo asistir al Centro Cultural del Bosque, pues durante todo el día habrá presentaciones de distintas agrupaciones de danza folclórica y contemporánea. De igual modo, te comparto las historias de cuatro bailarines mexicanos que han triunfado en nuestro país y en el extranjero gracias a su perseverancia y al amor a lo que hacen.
Amalia Hernández
Sí, la del ballet; fue ella quien fundó el Ballet Folklórico de México en 1952 y se encargó de perfeccionarlo y darle un giro a la danza clásica, introduciendo elementos de los bailes populares y tradicionales de distintas regiones del país. Amalia creó más de 60 coreografías y logró que su legado permaneciera en el corazón de los bailarines mexicanos.
José Limón
Es considerado el precursor de la danza moderna e iniciador de algunas técnicas de coreografía que siguen vigentes. Limón consideraba el funcionamiento de la fuerza de gravedad y el peso del bailarín a la hora de cada movimiento, tomaba en cuenta también la importancia de la respiración y la forma en que su uso afectaba los movimientos. De igual modo, el mexicano-estadounidense fue también impulsor de la figura masculina en el mundo de la danza e introdujo influencias hispanas en sus coreografías.
Isaac Hernández
Es conocido por ser el primer mexicano en ganar el Benois de la Danse, máximo galardón de su disciplina: el ballet. Aunque apenas comienza a conocer su fama, el joven tapatío es un orgullo para sus padres. Isaac nunca fue a la escuela, pues sus padres lo educaron en casa hasta que consiguió una beca universitaria en Estados Unidos para perseguir su sueño de ser bailarín. Su perseverancia, pasión y dedicación lo han llevado a la cima del mundo de la danza y es claro que aún le falta mucho por hacer.
Elisa Carrillo
Una mujer orgullosa de ser mexicana y cuyo talento la ha llevado a ser Prima Ballerina de la Staatsballet Berlín, una de las compañías de danza más importantes del mundo. Elisa es “Embajadora de la cultura de México” y ha recibido muchos premios dentro y fuera del país. Desde los seis años se ha dedicado a la danza y es increíble la forma en que ha ido explotando su talento para llegar a donde se encuentra actualmente.
Los bailarines son ejemplos del éxito a través de la perseverancia, el compromiso, la dedicación y la disciplina inspirados por una pasión. Hoy, 29 de abril de 2019, te invito a que te acerques al mundo de la danza y como dijo Mourad Merzouki, “Inténtalo, equivócate y comienza de nuevo, pero sobre todo baila, jamás dejes de bailar.”
Fotografía principal: «JAROCHO INTERNACIONAL» de Eduardo Pavon, CC BY-SA 2.0
Fotografía: «MEX ONH COMPAÑIA NACIONAL DANZA FOLKLORICA» de Secretaría de Cultura Ciudad de México, CC BY-SA 2.0