Una de las grandes maravillas de la tecnología hoy en día es que podemos ver nuestras películas favoritas con tan solo dar un par de clicks. La plataforma de streaming más popular sigue siendo Netflix, que se ha vuelto relevante con series de televisión y películas que han tenido éxito entre las audiencias y también entre la crítica internacional. Pero aunque Netflix mantiene su liderato gracias a contenidos extranjeros, también cuenta con películas y series mexicanas, algunas de las cuales son de gran calidad. Nosotros les dejamos estas cinco, que no pueden perderse. Aprovechen la Semana Santa para verlas.
600 millas
El primer largometraje como director de Gabriel Ripstein (hijo de Arturo Ripstein) se llevó el premio a la Mejor ópera prima en el Festival Internacional de Cine de Berlín de 2015. Y bien merecido. La película, protagonizada por el actor británico Tim Roth y el mexicano Kristyan Ferrer, es un drama que explora las complejas relaciones que hay entre nuestro país y Estados Unidos. Lo logra por medio de la historia de dos personajes: el agente de la ATF Hank Harris y un joven mexicano que trabaja para un cártel de droga, Arnulfo Rubio. Cuando el intento de arresto del primero al segundo sale mal, los dos se ven obligados a convivir mientras viajan hacia territorio mexicano, donde Arnulfo planea entregar a Hank a los líderes del cártel.
Bellas de noche
Olga Breeskin, Lyn May, Princesa Yamal, Rossy Mendoza, Wanda Seux, cinco nombres que eran sinónimos de la vida nocturna chilanga en las décadas de los 70 y 80, cuando las vedettes eran figuras sumamente populares con sus espectáculos de cabaret. Hoy en día, sus voluptuosos cuerpos ya no poseen la firmeza de su juventud, pero sus personalidades explosivas no han perdido ni tantito brío. Este documental es un retrato sumamente respetuoso y empático de estas mujeres, celebra sus carreras, reconoce el esfuerzo y talentos necesarios para convertirse en vedette, pero se enfoca en su presente, y en las caídas que sufrieron cada una de ellas después de llegar a las cumbres de su carrera.
Te prometo anarquía
La historia de amor entre dos amigos chilangos que pasan los días andando en patineta por las calles de la metrópolis es una exploración de las fuertes diferencias sociales que existen en nuestro país. Es una película fuerte, pero muy sencilla de ver, con una trama acelerada y divertida, excelentes actuaciones y una fotografía que retrata perfectamente la realidad de la vida en las calles mexicanas. Todo desde el punto un punto de vista refrescante que no emite juicios al retratar la relación de dos jóvenes, uno de clase media alta y otro de clase baja, amigos y amantes, las injusticias a las que se enfrentan y las acciones que tienen que llevar a cabo para sobrevivir.
Las elegidas
Así como hay infinidad de películas que abordan el tema del narcotráfico, no son tantas las que se aventuran a explorar otras realidades negativas del México contemporáneo. Las elegidas es una de ellas, pues su historia se adentra en el mundo de la trata de blancas, desde el punto de vista de una familia dedicada a este negocio y los métodos que emplean para conseguir jóvenes mujeres que entren a trabajar al burdel. El tema podría prestarse para hacer películas sumamente gráficas sobre la explotación de las mujeres víctimas, pero la mirada del director se aleja mucho de este punto de vista y utiliza herramientas del lenguaje cinematográfico para evitar mostrar las escenas sexuales de una manera cruda visualmente, pero sí emocionalmente.
La dictadura perfecta
Las películas de Luis Estrada son algunas de las más populares entre las audiencias de nuestro país, con su mirada satírica hacia las problemáticas más serias que hay en México. Son pocos los directores que pueden sacarte tantas risas con películas que hablan de temas como la corrupción política (La ley de Herodes) o el narcotráfico (El infierno). Con La dictadura perfecta, su largometraje más reciente, Estrada dirige su mirada de denuncia burlona hacia la relación que hay en nuestro país entre los medios de comunicación y las cúpulas más altas del poder político. Se van a reír… más que nada para no llorar, como pasa siempre con las películas de Estrada.
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