Algunas personas provenientes de otros países piensan equivocadamente que México es todo desierto. Tal vez sí sepan que en el sureste (Chiapas y Yucatán) hay selvas altas, pero creen que el centro del país es solamente árido. Los que han visitado la capital del país se sorprenden al observar el bosque que cubre las montañas y volcanes que rodean a la cuenca de México.
La sorpresa es la misma cuando se visita el antiguo Convento Carmelita del Desierto de los Leones, hoy Parque Nacional, asentado en un monte entre profundas cañadas, todas espesamente cubiertas de bosque de encino, oyamel, cedro, ciprés y pino, especies arbóreas del tipo conífera que embellecen muchas de nuestras montañas por encima de los 2,000 metros de altitud.
Varias veredas, anchas y cómodas de caminar, de tierra compactada, sin muchas piedras, permiten llegar en uno, dos o tres kilómetros, a ciertas ermitas escondidas en el bosque, cerca del monasterio, que eran los sitios a donde los frailes Carmelitas se retiraban para meditar en absoluta soledad. Mientras caminas, sobre todo si lo haces con calma, sin prisas, te darás cuenta que en la ciudad no es que estemos sordos, sino que el ruido no deja escuchar a una persona a solamente veinte metros de ti. En el bosque del Desierto escuchas el sonido de un arroyo que pasa en lo profundo de la cañada, allá abajo, lejos. Escuchas los pajarillos, admiras ese musgo de verde intensísimo que cubre con plantitas los muros antiquísimos del conjunto conventual, sobre todo en época de lluvias. Hasta los troncos enormes de los árboles están verdes de tanto musgo. Es una fiesta de colores naturales.
Aquí puedes divertirte llevando a cabo tu excursión favorita, meditar y respirar el aire fresco de la naturaleza. Cuando camines por el bosque, te recomiendo que realices la “mirada profunda”, es decir, no solo prestes atención a lo que ves a los lados de la vereda, detén el andar unos segundos y enfoca tu vista más allá en lo profundo del bosque, y entonces te darás cuenta de lo hermoso que es este paisaje. Y si hay niebla, mejor aún. La niebla no la veas como cosa de terror como muestran en películas, es agua, ¡es vida! Cuida este bosque como si fuera parte de tu propia familia.
1) ¿Cuándo fue fundado el Convento del Desierto de los Leones?
Ya desde el año de 1602 el padre Carmelita Juan de Jesús María tuvo la idea de fundar un establecimiento de retiro al ver la belleza de estos bosques. Dos años después otros monjes exploraron el lugar y descubrieron un manantial de aguas cristalinas. La primera misa se dijo ahí en 25 de enero de 1605 en una choza habilitada para capilla, quedando formalmente fundado el Santo Desierto.
2) ¿A qué altitud sobre el nivel del mar está el Convento?
Según mapas topográficos de INEGI, el patio principal del conjunto conventual está situado a una altitud de 2,920 metros.
3) ¿Por qué le decían Desierto a este lugar si hay tanto bosque?
A los conventos de los Carmelitas se les llamaba yermos o desiertos porque así lo disponía su orden, en memoria del fundador espiritual San Elías, quien pasó la mayor parte de su vida anacoreta o solitaria en el Monte Carmelo en Israel.
(Martha Guerra. Urgente, rescatar el magnífico pulmón del Desierto de los Leones. El Universal, 20 de julio de 1991).
4) ¿Y porqué era Desierto de los Leones?
Según dice una antigua crónica Carmelita, en el lugar había fieras parientes de los leones, tal vez algo así como pumas. Otra versión es que los frailes se apoyaban en una familia de apellido León para hacer ciertos trámites. Y según otros escritos, se llamó así a causa de un litigio que existió con personas de la familia León contra José Patiño Ixtolinque, descendiente del cacique de Coyoacán, pretendiente del predio, quien acusaba a los Carmelitas de invadir sus tierras.
5) ¿Cómo llegar al Desierto de los Leones?
Puedes arribar al conjunto por la avenida Desierto de los Leones, que comienza en el Anillo Periférico, cerca de San Ángel, en la delegación Álvaro Obregón. Son 16 kilómetros. También existe otra carretera desde la zona de La Venta, en la autopista México – Toluca.
6) ¿Dónde se puede comer?
Junto a la entrada del conjunto conventual existe una zona con muchos puestos donde la gente de la región prepara rica comida mexicana, como gorditas y quesadillas.