Hace 17 años Armando Alanís Pulido no pensaba que su iniciativa tuviera los alcances que ahora tiene. Acción Poética es un proyecto de arte urbano que consiste en escribir versos y frases poéticas sobre paredes abandonadas de la ciudad. El proyecto ha traspasado fronteras, replicándose en más de 20 países de Latinoamérica y causando gran impacto en las redes sociales, con cientos de páginas y miles de seguidores de la sencillez de los mensajes y del poder de los versos claros y directos.
Él comenta que le gusta escribir sobre cualquier superficie, sabe que como escritor no hay que “creérsela” y siempre menciona su frase distintiva: “Sin poesía no hay ciudad”. Aunque alguna gente me reconoce en la calle –comenta el originario de Monterrey, Nuevo León, lugar donde comenzó y desde donde se coordinan las acciones–, se sorprenden cuando les digo que tengo 18 libros publicados, me piden una foto para subirla al “feis”, un autógrafo o que les escriba una frase especial para regalársela a alguien; es raro pero son parte de las reacciones.
Algo que no puede pasar desapercibido en cualquier caminata por la Sultana del Norte son esas bardas blancas con letras negras que dicen cosas como “Imagínate enamorado” o “Soy tu mirada que me observa”, y que han adquirido una función “de oasis” para refrescar la rutina de una ciudad que ha tenido que cambiar muchas de sus costumbres debido a la violencia que afecta a la zona norte del país.
Armando, según sus propias palabras, asume Acción Poética como un proyecto de vida: Yo creo mucho en la idea de compartir. A mí la poesía me hace feliz, me da esperanza, por eso la comparto. Creo que debe de ser parte del paisaje urbano, que esté ahí, que te la encuentres en todas partes, en tu rutina, en el trayecto a la escuela o al trabajo. El verso de una barda escrito en una de las avenidas principales puede ser leído por 300,000 o 500,000 mil personas, mientras que los tirajes de un libro de poesía en México son apenas de 1,000 ejemplares… ahí sí pueden notarse los efectos pero yo le tiro más a los afectos. Tan solo en Monterrey, él mismo ha pintado más de 7,000 bardas.
Muros reales y muros virtuales
El boom de “accionistas” latinoamericanos comenzó a fines del 2012 en Argentina, donde se entusiasmaron mucho y decidieron, de la mano de Armando, coordinar y promocionar la “poesía a la intemperie”. Entonces, se crearon algunas reglamentaciones para llevarlo a cabo, se propusieron estrategias porque en cada país hay circunstancias distintas y para sorpresa de todos con el crecimiento han podido organizarse mejor. Ahora algunos países europeos como España e Italia también se han integrado al proyecto. Eso, sin duda, se debe a que hay disposición y buena fe en nuestras acciones, las reglas principales o mejor dicho las reglas básicas son: no política y no religión. La gente lo ha entendido muy bien, además hay que buscar o generar los recursos para el material (pintura y brochas básicamente), hay encargados en las redes sociales, hay coordinadores por países, por regiones y todos convergen en una página oficial (Acción Poética Oficial) en donde se anuncian los horarios en que saldrán a pintar, se suben fotos, se comentan y se siguieren frases, se comparten notas de los medios. Es curiosa la coincidencia entre los muros virtuales y los muros reales, aunque si lo ves como nuevos o antiguos soportes para el poema, ninguno existe si no hay un lector. Acción Poética es quien lee el verso en la pared, es como le decía el cartero a Neruda: “la poesía no es de quien la escribe sino de quien la utiliza”.
Actualmente el proyecto en México se lleva a cabo en más de 70 ciudades, coordinados por sus respectivos grupos locales. Además de Monterrey, Armando ha sido invitado a intervenir con poesía otras ciudades, pero una experiencia que lo ha marcado fue Tijuana. Me invitaron los organizadores de Entijuanarte, uno de los festivales culturales más importantes del país. Estuve unos días e intervine 40 locaciones: en las colonias Playas y Lomas Taurinas, en la famosa Avenida Revolución y, claro, no podía quedarme con las ganas de escribir algo en el muro fronterizo, donde escribí “También de este lado hay sueños”. El asunto se volvió emocionante cuando a los pocos minutos de empezar a pintar ya había un helicóptero gringo sobrevolando la zona y la patrulla de la “border” estaba pendiente de todos nuestros movimientos. En otro lugar del muro puse “¿De qué lado estás?” y para acabar, en la mera esquinita, esa que siempre vemos en el mapa, es decir donde empieza el país y donde empieza Latinoamérica puse “En esta esquina…”.
Apresúrate despacio
¿Qué sigue para Acción Poética? ¿Cómo sobrevive un proyecto cultural marginal en este país? Acción Poética es visto como muchas cosas y, claro, es muchas cosas: es un proyecto de promoción de la lectura, es un proyecto de promoción de valores, es graffiti con toda su rebeldía, es una campaña para crear conciencia y que podamos descubrirnos como personas sensibles, es difusión de la poesía. Pareciera que la simpleza del acto de escritura no requiere de mucho y que el modelo se agotaría pronto pero ocasionalmente se pintan series con temas específicos. Aquí escribí una con las letras al revés que decían: “Me traes de cabeza”, “¿Y si todo está al revés?”; una con frases de boleros antiguos: “Bésame mucho”, “Tu suerte necesita de mi suerte”; otra más de frases sublimadas con alusiones a la situación de violencia que vivimos: “Una ráfaga de suspiros”, “Disparos pero sólo a gol”, “Que sólo estalle tu risa” o “También estamos expuestos al amor”. Creo que el proyecto ha sobrevivido porque soy muy terco, porque insisto y no lo veo ni como un trabajo ni como un mérito. ¿Cómo se llegó a eso? Bueno ayer, como desde hace 17 años, salí a pintar bardas, pinté siete. En el 2010 el municipio de Monterrey le entregó la medalla al mérito cívico por su contribución cultural a la ciudad y lo declaró ciudadano distinguido.
Si fueras dos, ¿cuál ganaría?
Sus publicaciones en papel han sido traducidas a varios idiomas. Armando está consciente de que la poesía toma su propio rumbo y que el lector, en este caso también transeúnte y automovilista, encontrará lo que tiene que leer y que en un momento dado exigirá o buscará el poema que le quede a la medida. El proyecto no es para legitimar a escritores y eso lo tienen bien entendido todos los que lo hacen en todos los países. Se han capitalizado encuentros y convivencias a partir de las pintas. Es gente común y corriente con ganas de decir y de expresarse, independientemente de los efectos de la lectura. Si algunos se ofendieron y ofuscaron porque encuentran simpleza, mi respuesta fue pintar unas bardas que decían “Estás bien bonita” y han sido de las que más han gustado. Tengo un romance con la ciudad, un diálogo amoroso y, aunque suene raro, como dicen por ahí, nunca me he topado con pared.
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