Todos alguna vez hemos sido racistas. Y muchas veces ni nos enteramos. Si buscamos la palabra racismo en el diccionario encontraremos las siguientes definiciones: “Doctrina que exalta la superioridad de la propia raza frente a los demás, basándose en caracteres biológicos”. “Sentimiento de rechazo hacia las razas distintas a la propia”. ¿Les suena familiar? ¿Cuántas veces hemos escuchado o utilizado las palabras “prieto” o “indio” para insultar y desvalorizar a otros? Hoy, las prácticas racistas y discriminatorias se han complejizado e, incluso, normalizado. Ahora, en Facebook se viralizan memes con imágenes de indígenas y mensajes como “jijitl”, “hijotl”. La gente se ríe y los comparte sin darse cuenta de la carga discriminatoria que transmiten esos memes “chistosos”.
El primer paso para un cambio es reconocer el problema, reconocer que en nuestro país el racismo es una práctica cotidiana que halla sus orígenes desde la Conquista. Así se muestra en “Imágenes para ver-te. Una exhibición del racismo en México” que se presenta hasta el 25 de septiembre de 2016 en el Museo de la Ciudad de México. A través de 200 piezas, entre fotografías, pinturas, objetos, videos y documentos que datan de los siglos XVIII al XXI, se narra el origen de este fenómeno cultural, sus características y consecuencias. Más que exponer, se cuestiona la construcción social de los conceptos de raza y racismo que a través del tiempo han legitimado la superioridad de una cultura, la opresión y explotación de un grupo humano sobre otro.
La exposición está dividida en seis secciones temáticas. La primer parte llamada La humanidad negada es una introducción al problema del racismo. En la sala titulada El rostro, se presentan los rasgos físicos que han sido objeto de discriminación; en El cuerpo, se muestran las características corporales que justificaron el sometimiento de ciertas poblaciones.
En la sección nombrada El color se describe la importancia cromática que dio origen al concepto de raza, donde las teorías raciales superpusieron al blanco. En la penúltima parte, titulada El orden, se evidencia como la segregación y la explotación de los “no blancos” son consecuencias de la clasificación de rasgos físicos. La muestra concluye con la sala titulada El Otro, Yo, Nosotros, en donde se nos invita a reflexionar sobre la ascendencia indígena en la población mexicana, la cual, paradójicamente, ha sido cultural e históricamente discriminada en nuestro país.
La exposición se plantea como un espejo en el cual mirarnos, cuestionarnos y replantearnos la manera en que nos percibimos como individuos y como sociedad. Aceptar nuestras diferencias es el primer paso para respetar la hermosa diversidad de nuestro país, de nuestro mundo.
Museo de la Ciudad de México. José María Pino Suárez #30, Centro Histórico. Abierto de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. FB: Museo de la Ciudad de México. Twitter: @CulturaCDMX