Como los sujetos sensibles que somos conocemos el mundo que nos rodea a través de nuestros sentidos.
Estos son la vía para que nuestro cerebro responda a los estímulos provenientes del exterior. Suena fácil decirlo, pero ¿qué pasa cuando carecemos de uno de estos sentidos o el cerebro responde de formas distintas a las naturales? Pues el mundo se percibe de otra forma, la realidad –esa convención que se construye según la cultura y la situación particular de quien la define – se siente, se oye, se huele, se sabe y se ve distinta. Esto lo saben muy bien los integrantes de Pacos A.C. (Programa de Atención a la Comunidad Orientado a la Socialización) un grupo de jóvenes con distintos grados de discapacidad intelectual que logró hacer de estas diferencias una unidad.
Pacos nació de la amistad entre Pablo Reyes Rueda –fundador y director de esta asociación– y Paco de Anda Vélez –de ahí el nombre de la misma– un chico con Síndrome de Down.
Ante la dificultad de integración y socialización, su madre contacta a Pablo, en ese entonces estudiante de Psicología de la UNAM, para pasar con él las tardes, enseñarle ciertas habilidades y conocimientos, en fin, prepararlo para esa sociedad tan poco sensibilizada con el tema.
Entonces, Pablo se dio cuenta que la clave para incorporar a Paco en esa sociedad, no era concientizar a la población (ardua e inacabable tarea) sino al contrario, enseñarle a desarrollar herramientas que le permitieran, desde su particular forma de ser, convivir como cualquier otro joven de su edad. ¿Cómo lograrlo? La respuesta de Pablo fue: a través de lazos de amistad. Así, el 10 de marzo del año 2000 nace esta asociación civil como un club de jóvenes amigos centrado en el desarrollo de las habilidades, cualidades y potencialidades de cada uno de sus integrantes (actualmente son 18 jóvenes), a través de actividades culturales, artísticas, ecológicas, sociales que fomentan vínculos y compromisos, no sólo entre ellos, sino con otras asociaciones e instituciones con los que comparten estos intereses y objetivos.
En la agenda de los Pacos no hay ni un día desocupado o inactivo, siempre se encuentran en alguna actividad. Realizan trabajo comunitario en otros grupos vulnerables como las casas hogar, a las que asisten para convivir con los niños; apoyan a la conservación de diversas reservas ecológicas como el Zoológico de Zacango y, como buenos amantes de los animales, rescatan y cuidan a mascotas en situación de abandono. Cuando no se encuentran de viaje, de campamento o visitando alguna de las instituciones amigas, realizan actividades deportivas y artísticas.
Uno de los vínculos que han forjado es con el Taller Fotógrafo Viajero, un taller dirigido a la educación visual en niños y jóvenes, a cargo de la socióloga educativa Patricia Priego, a quien Pacos contactó en 2004; desde ese entonces, han aprendido que fotografiar es mucho más que el manejo técnico de una cámara, es una forma de relacionarse con su entorno y más aún de comunicar su particular forma de percibirlo. La fotografía se ha convertido para estos jóvenes, como Paco, en un lenguaje para expresar sus intereses, deseos, miedos y alegrías, pero lo más importante, para interactuar con aquellos que quizá no entiendan su discapacidad intelectual, pero sí sus imágenes. Sus fotografías han sido expuestas en diversas sedes como el Museo de la Luz, en donde se exhibió, dentro del marco de Fotoseptiembre, su primera exposición: “Pacos: una mirada distinta”, patrocinada por la UNAM y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, dicha muestra también se ha presentado en centros culturales del ISSSTE y la Escuela de Iniciación Artística Núm. 1 del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre otros.
A quince años de su fundación, Pacos ha logrado construir una red de amigos unidos por las semejanzas de sus diferencias, es decir, complementarse y ayudarse como los amigos que son.
Más información en: www.tallerfotografoviajero.wordpress.com