La Ciudad de México no sólo es la capital de nuestro país, es también un sitio místico y lleno de colorido. En cada rincón, en cada calle, se pueden revivir momentos tan diversos de nuestra historia, entre los que destacan tradiciones ancestrales y misterios que siguen presentes hasta nuestros días.
Con la finalidad de destacar sus virtudes y de atraer visitantes, desde 2011, la Secretaría de Turismo local ha nombrado Barrios Mágicos a veintiún áreas que destacan por su mezcla de pasado y presente. Esta designación no es casualidad, se trata de lugares que, por los secretos que los habitan, parecen extraídos de los sueños. Hagamos un recorrido por algunos de ellos.
Garibaldi
Ubicado en la delegación Cuauhtémoc, este Barrio Mágico canta de día y noche al son que le toquen. Al ritmo del mariachi, Garibaldi fue el barrio prehispánico de Tezcatzóncatl (dios menor de la briaguez), habitado principalmente por alfareros y cultivadores de maguey. Durante 1850 nació la Plaza Garibaldi, que entonces era conocida con el nombre de Plazuela de Jardín, lugar acostumbrado para la vendimia, por lo que más tarde se le adjudicó el nombre de Plaza del Baratillo.
Fue hasta 1921 que recibió su nombre actual, tras celebrarse el centenario de la consumación de Independencia nacional y en honor a Giussepe Garibaldi, quien se enroló en las filas maderistas en 1911.
Tacuba
Asentado en las tierras fértiles de la entonces ribera occidental del Lago de Texcoco, se encontraba el señorío de Tlacopan, quien aliado con los señoríos de Tenochtitlan y Texcoco en la Triple Alianza derrocaron a Tlacomatzin, líder del señorío de la Meseta Central en Azcapotzalco.
En el año 1434 d.C, la Triple Alianza cesó el gobierno de Tlacomatzin y a Tlacopan le fue otorgada una quinta parte de la tributación total de los pueblos conquistados. Durante los 100 años posteriores a su derrocamiento, el imperio centrado en México Tenochtitlan desarrolló una serie de obras hidráulicas y arquitectónicas que dieron origen al hoy conocido barrio de Tacuba.
Mixcoac
A finales del siglo XIX y por su cercanía con la Ciudad de México, este enclave citadino sigue conservando el legado de numerosas haciendas, ranchos y residencias campestres. Con la expansión de la ciudad, la zona fue absorbida por la mancha urbana y estos complejos arquitectónicos fueron fraccionados, teniendo como característica principal avenidas y calles ensanchadas.
Pese a ello, el lugar no perdió su identidad y aún conserva parte de sus construcciones originales, aunque modificadas por los años y el uso de suelo.
Coyoacán
El vocablo Coyoacán en lengua náhuatl significa “lugar de coyotes”. En la época prehispánica abundaban estos animales en las cuevas del extenso territorio conocido como El Pedregal. Fundada en 1521 por los españoles, la Villa de Coyoacán fue sede del conquistador Hernán Cortés para establecerse en tanto se reconstruía Tenochtitlan, luego de la derrota de este señorío.
En 1824, por decreto del Congreso Constituyente, se crea el Distrito Federal. No fue sino hasta 1855 cuando Coyoacán comenzó a formar parte de la Tercera Prefectura.
Xochimilco
El barrio de Xochimilco se caracteriza por la existencia de canales que dieron un tinte muy especial a todo el Valle del Anáhuac. Estas vías de acceso –construidas basándose en chinampas o islotes artificiales– fueron reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, ya que este es la única región del Valle de México que tiene semejanza con los pueblos de la cuenca lacustre en el mundo prehispánico.
Conoce más de nuestros barrios mágicos: http://www.mexicanisimo.com.mx/tienda/numero-74/#revista-74