- La exhibición estará disponible cinco días.
- Muestra la riqueza e historia de las Sagradas Escrituras, asimismo su traducción en lenguas como el náhuatl, algo significativo en la propagación de la educación.
Pedro López Hernández
El Museo de la Biblia (Maná), el primero de su tipo en América, es conocido por la amplia difusión de las Sagradas Escrituras que realiza, además por la cantidad de actividades que organiza, con la finalidad de comprender con mayor profundidad cómo es el libro mencionado. Esta no es la excepción, pues a partir de hoy inaugurará la exhibición ‘La Biblia en las Lenguas Mexicanas’, con sede en la Iglesia Nacional Presbiteriana de México “El Divino Salvador’.
La muestra se compone de ejemplares escritos en las lenguas oriundas de nuestro país, pero esto va más allá, pues simultáneamente es un recorrido conmemorativo de 500 años de la llegada del Evangelio a México, pues los frailes lo introdujeron en la entonces Nueva España, lo cual generó un episodio que marcó al país y que significó un antecedente para el avance en la adquisición de otros conocimientos. Sin embargo, en esta ocasión se añaden formatos, ediciones y hasta ejemplares que resultaron de esfuerzos enormes, pues cabe decir que esto no es tarea sencilla y mucho menos lo era en siglos pasados cuando existían restricciones y persecución, como las que pasó Casiodoro de Reina, el traductor de la Biblia al español.
La directora del Museo, Areli Hernández, mencionó que la exposición se compone de un itinerario histórico de la Biblia y la historia de su formación, asimismo datos sobre las secciones que la constituyen y explicaciones sobre el proceso de transmisión y muestra de testimonios antiguos, es decir, los rollos del Mar Muerto, especialmente una miniatura del libro de Isaías y los lugares en que se resguardaron estos documentos (cerámica de barro). Eso no es todo, pues habrá estudios escritos como la Torá con Roshi, el rollo sefardí, la primera traducción de la Biblia en la historia, así como un folio de este obra destinada al rey San Luis de Francia, mandada a hacer por su madre Blanca de Castilla, pues la directora Hernández comentó que este modelo es importante, ya que la madre del monarca estaba interesada en que su hijo comprendiera las Escrituras, en una época en que incluso la nobleza no poseía educación en estas áreas. Todo lo mencionado es una pequeña parte de las sorpresas que se mostrarán:
“Hablaremos de la traducción a lenguas mexicanas y podrán conocer ejemplares, generalmente son Nuevos Testamentos, ya que sólo hay 11 traducciones completas de la Biblia en idiomas oriundos de nuestras tierras, pero entre ellos, el Nuevo Testamento en mixteco, en huichol, en mazateco y español, además de una Biblia completa en náhuatl. Es menester señalar que gran parte de estas ediciones han sido las primeras que le han dado forma a las lenguas indígenas en nuestra nación, incluso siguen rescatando el valor lingüístico y cultural de los pueblos mexicanos. La importancia de que las personas cuenten con una traducción de las Escrituras en su propio idioma es que de alguna manera les parece más entendible, y pueden sentir que Dios esta hablándoles directamente. Y por eso, quienes escuchan y leen el mensaje así, se sienten profundamente impactados”; sentenció la directriz Areli.
El Museo Maná ha trabajado en la labor traductora de la Biblia a lenguas indígenas, como en el caso de la colaboración que realizaron para los hablantes de aché (dialecto de Paraguay) y comprobaron que esto da mayor facilidad en la comprensión de los contenidos y asimismo, el mensaje del Viejo y del Nuevo Testamento puede impactar mayormente. De hecho, estas interpretaciones también han impulsado la alfabetización de pueblos y comunidades marginadas, además este trabajo induce a la enseñanza de un hábito indispensable como lo es la lectura y el acercamiento al terreno del saber.
“Digamos que nuestra lengua primaria le da estructura completa a la interpretación que tenemos del mundo, pues a través de ella podemos lograr una capacidad expresiva muy profunda y a través de ella podemos orientarnos en el mundo en que hemos sido puestos. Por tal motivo, un texto que apunta a despertar la conciencia de cada persona y que busca una respuesta íntima de las personas, tiene un impacto profundo en la medida en que nos interpela desde la lengua primaria. No quiere decir que no nos pueda interpelar en una lengua secundaria, pero la profundidad con la que asimos su mensaje es de gran trascendencia cuando sucede en la lengua primaria, porque uno siempre se siente más cómodo con ella para manifestar las relaciones y las expresiones íntimas”.
“Al revisar y leer cómo fue que los sacerdotes desarrollaron la evangelización en el siglo XVI, es posible advertir que en gran medida las poblaciones oriundas aprendieron el español, pero para la confesión se dirigían al sacerdote en la lengua primaria. Si eso sucedía hace 500 años, por supuesto ocurre lo mismo ahora que reciben las Escrituras en su lenguaje y pueden leer la riqueza literaria contenida, pues en sus páginas hay plegarias, narrativa, parábolas, poesía, profecía, simbolismos. La fuerza expresiva de este contenido es verdaderamente impresionante, porque es poner a su alcance un mundo literario que antes no estaba disponible para su deleite estético, su reflexión personal y desde luego, además de poner un mundo literario, se les da una palabra trascendente de vida, que puede procurarles ecos eternos en sus decisiones”; abundó Areli Hernández.
La Biblia es el libro más leído, más vendido y más significativo de todos los tiempos, pese a que diversos grupos han prohibido su circulación, o algunas personas han tratado de censurarla. De hecho, su impacto no deja de ser significativo y en la actualidad se le ha dado mayor difusión, al grado de que tribus y civilizaciones apartadas realizan fiestas cuando una parte de las Sagradas Escrituras les es regalada. En México, muchos hogares poseen una, pero nunca se dan la ocasión de conocer su contenido.
“El lema del Museo es <<La historia del libro más amado, perseguido y traducido del mundo>> ¿Qué significa esto y por qué reconocemos a la Biblia como el libro de los libros? Porque no ha habido ninguna otra obra como este texto, por el cual cientos, miles de vidas, han decidido dar y entregar su ser por su estudio, su traducción (lo que les exige aprender, griego, arameo, hebrero, latín), su preservación y su difusión. Pero también, la historia nos da cuenta de que no ha habido otro libro tan odiado y por tanto, tan perseguido; movimientos en torno a esta obra han sido aplastados con una maquinaria institucional, no sólo fuera de la Iglesia, sino también con aquellos que tienen vínculo con la Escritura, porque institucionalmente han desarrollado aparatos como la Inquisición. El Estado o Gobierno en algunos países decide prohibir las Escrituras de manera tajante. En el caso de México, país que todavía goza de la libertad de credo y de religión, podría decir que quizá la razón fundamental para que no valore las Escrituras, es que países como el nuestro, que somos hijos de la España católica, nos independizamos de ella políticamente, pero no en términos ideológicos”.
Finalmente la directora mencionó porqué la lectura de la Biblia es un privilegio, pues en otros países no es posible hacer esto, de lo contrario la pena de muerte se impone: “Si pensáramos en cuáles son algunas virtudes de la lectura de la Biblia, podría enlistar en primer lugar, que una obra influyente en muchas aristas de la civilización, debe ser conocida nuevamente por las personas que constituyen el gran público de nuestra sociedad, si queremos que esté informada. Asimismo, a través de las Escrituras, la gente conocerá la pluralidad y la riqueza de los géneros literarios. Por un lado está la dimensión cultural, en la cual merece la pena señalar que un lector temprano de las Escrituras, será siempre un lector asiduo por el resto de su vida. Un niño que aprende poesía o recursos como epopeya y narrativa, será un niño con un enriquecimiento cultural invaluable que le marcará para el resto de sus días. Pero además, una persona expuesta a la Verdad trascendente, es una persona que tendrá una conciencia profunda de su finitud y de lo que verdaderamente es valioso y trascendente en esta breve vida que transitamos. Yo pensaría que una sociedad que crece en su conciencia de finitud y en la formación de un criterio amplio que la Biblia nos provee, será una sociedad que no es fácilmente manipulada, una sociedad que deja de ser masa, para tornarse en un individuo responsable de sus decisiones y de la reconstrucción del tejido social”.
Toma nota:
- La entrada a la exposición no tiene costo.
- La exhibición estará disponible hasta el viernes 25 de agosto de este año.
- La dirección es: Plaza Juárez, no. 1, Pueblo de San Lorenzo Tezonco, Iztapalapa , CDMX.
El cartel es cortesía del Museo Maná y su uso únicamente conlleva fines informativos.