Pedro López Hernández
La convivencia con diversas expresiones culturales se ha convertido en algo más usual, desde contemplar obras de arte hasta la forma de vestir que se ve influenciada por otras regiones del mundo. Gracias a la globalización, es posible tener una imagen más clara de las naciones e incluso adquirir conocimientos.
Presentaciones de músicos, exhibiciones artísticas e incluso conferencias han servido para cumplir los propósitos anteriormente mencionados. Un caso específico para ilustrar lo anterior es el recital en piano de José Luis Altamirano, el cual fue realizado el pasado 8 de marzo, en la basílica de Notre Dame d’Afrique, ubicada en la capital del país africano, es decir, en Argel.
El rector de la iglesia católica, José María Cantal Rivas, originario de Granada (España), dio una entrevista con toda disposición, con la finalidad de explicar diversas cosas concernientes al concierto, entre ellas cómo se concibió la idea de presentar talento mexicano acogido en un lugar histórico:
“En un país donde los cristianos somos 0,1 % de la población, realizamos actividades a través del arte y de la cultura, con la finalidad de conseguir aunar corazones, aunar sentimientos; organizar eventos comunes que no sean polémicos, que no se presten a debates estériles y todo eso. Por tal motivo, desde hace años disponemos de una programación cultural e intentamos que haya una propuesta al mes, por lo menos. Y para eso, contactamos los servicios culturales de las embajadas, o a los centros dedicados a lo mismo. Por tanto, la embajada de México nos propuso organizar un encuentro como el realizado, porque se dispone de un buen piano en el lugar, y pronto llegamos a un acuerdo para disponer la fecha, lo cual, prácticamente, fue lo más difícil”.
La basílica es interesante, no sólo por el peso histórico que conlleva, también por la relación que tiene con México, ya que existen elementos que unen a ambas naciones, pues no conocen fronteras, ni distancia, ni mares para hacer lo propio. Se tratan de unos frescos pintados por un mexicano:
“Un vínculo muy grande, que poca gente conoce, es que los frescos de la basílica fueron pintados por un mexicano, Salvador Lira, junto a un artista argelino, Mohamed Bouti, quienes realizaron un hermosísimo trabajo que hasta el día de hoy se conserva; se componen de colores muy bonitos, además están bien hechos, y esto es de las cosas que más sorprenden a los visitantes. Cito la realización de estas obras en dos periodos, en 1993 y luego, un poquito más tarde, en 1998, con la culminación de la capilla lateral. Así que, gracias a un mexicano y a un argelino, el templo es muy bonito. Mucha gente pregunta si los colores tan vivos se deben a que el artista fuera mexicano y, no lo sé, pudiera ser, pudiera ser”; explicó el rector Cantal.
En medio del entorno solemne, las bóvedas del recinto religioso se abrían y dejaban ver cielos azules o fondos armoniosos con personajes, incluso las columnas, semejantes a murallas mágicas, se vieron conmovidas por la presentación del músico mexicano. La luminosidad hizo que el lugar fuera como una Luna, cuando esta emerge poco a poco en medio del cielo. Inclusive, los vitrales guardaron silencio una vez que Altamirano efectuó su habilidad en las teclas.
De acuerdo con Cantal Rivas, el repertorio del pianista se compuso de sus melodías de autoría propia, salvo dos que fueron ‘Bésame mucho’ y ‘Canon’ de Pachelbel, inclusive como introducción a la pieza, el músico explicaba el contexto en el que surgieron sus creaciones, por tanto esto permitió que el público lo conociera mejor y del mismo modo, el recurso creó un entorno más cálido. Algo digno de reconocimiento es que José Luis ejecutó su arte sin ayuda de partituras, indicador de que sus dedos seguían el dictado del corazón y de la razón.
El rector del conjunto religioso aclaró cuál fue el impacto de esta presentación: “Bueno, hay dos formas de evaluar el evento. El primero es cuánta gente vino y luego cuántos se quedaron hasta el final. También añadiría, en este caso concreto, otro elemento que es analizar los rostros de la gente. Después de que presenté al señor embajador Gabriel Rosenzweig y al artista, por la posición en la que me encontraba veía muchos rostros y, lo que más me sorprendió, es que este fue uno de los conciertos en los que menos gente abandonó el lugar (aunque la basílica no estuvo repleta como días antes) y también las miradas expresaban más satisfacción, más alegría y más sintonía, la sincronización con el artista era total; y eso era realmente impresionante”.
“Para ver el impacto, si el medidor fuera de 1 a 10, el concierto alcanzó el 12. Había algo especial, por supuesto referido al virtuosismo de Altamirano, pero también a su personalidad y bueno, a los recursos que utilizó en las introducciones. Al final del recital, alguien me dijo <<han puesto la barra muy alta, ya para superar esto es difícil, qué sea igual el próximo concierto de piano que ustedes van a conseguir>>; aunque agregaría que con los siguientes eventos no buscamos superarlo, en lo tocante al éxito, sino igualarlo”.
Precisamente la exhibición fue dedicada a la mujer de Argelia, razón por la que se llevó a cabo el día internacional de los derechos de la mujer. Cabe decir que la gira de José Luis Altamirano incluyó a Túnez y también a la ciudad argelina de Orán. En adición, la presentación fue una oportunidad para el público, ya sea para conectarse con México, inclusive para cubrir necesidades como el ocio, pero además para aprender. De hecho, esta clase de actuaciones sirven para abrir los horizontes de niños, jóvenes y adultos, además en Argelia no existen espacios para la realización de estas muestras, razón por la que la basílica, al igual que las embajadas como la mexicana, se esfuerzan por promover y no descuidar este aspecto.
En lo que atañe al musical, es evidente que se trata de una acción acertada que también pone en alto el nombre de la República Mexicana, pues esto sirve para mostrar la oferta del país, sus costumbres y sus representantes. José María Cantal Rivas define que los esfuerzos son algo que debe perpetuarse, como en el caso de la promoción cultural en África:
“Nunca hay que bajar los brazos o dar por sentado que ya está todo ganado. Y al mismo tiempo, creo que fue una colaboración muy concreta de México a esta coexistencia, a la alegría y a la felicidad de la gente de muchos lugares”.
Nota: La imagen utilizada pertenece a la Embajada de México en Argelia. Su uso es con fines informativos.