Esta semana, precisamente, que celebramos a los galardonados de los Premios Nobel, hoy que se otorgó el Premio Nobel de Química, México pierde a uno de sus hombres más talentosos: Mario Molina.
La noticia se publicó a través de la cuenta de Twitter de la Universidad Nacional Autónoma de México:
«La Universidad Nacional Autónoma de México informa del lamentable fallecimiento del doctor Mario Molina, distinguido universitario, Premio Nobel de Química 1995.»
Mario Molina fue Ingeniero químico egresado de la UNAM en 1965. Prosiguió sus estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo en Alemania, donde pasó casi dos años investigando en cinética de polimerizaciones. En 1968 ingresó al programa de doctorado en fisicoquímica de la Universidad de Berkeley, California.
Fue correceptor junto con Paul J. Crutzen y Frank Sherwood Rowland del Premio Nobel de Química de 1995 por su papel para la dilucidación de la amenaza a la capa de ozono de la Tierra por parte de los gases de cloro, bromo, dióxido de carbono, etc.
El Dr. Molina investigó, entre muchas cosas más, la química de la contaminación atmosférica en la baja atmósfera. Estuvo involucrado en trabajos interdisciplinarios colaborando con expertos para enfrentar el problema de la degradación de la calidad del aire en las grandes ciudades del planeta, especialmente grupos de contaminantes del aire en zonas urbanas, realizando importantes aportes al conocimiento y la solución de la contaminación atmosférica de la Zona Metropolitana del Valle de México. Los últimos trabajos del Doctor Mario Molina se enfocaron en el creciente problema del cambio climático, impulsó acciones globales a favor del desarrollo sustentable a la par de un desarrollo económico vigoroso.
Con 77 años de edad, este miércoles 7 de octubre, falleció Mario Molina en la Ciudad de México. Sin duda, lamentamos esta pérdida. Siempre recordaremos su gran labor científica.