La figura del director de orquesta resulta esencial cuando de música clásica se trata. El director es quien coordina la música, quien elige cómo será interpretada una obra, quien oye de una forma prodigiosa todos los instrumentos. Parece mentira pero una obra puede cambiar dependiendo del director a cargo. Importan el lenguaje corporal, los gestos, inclusive el carisma al dirigir influye al llevar una sinfonía. Todos estos elementos son relevantes para la aceptación de un concierto ante el público.
La técnica moderna de dirección de orquesta no fue importante sino hasta el siglo XIX, ya que los solistas eran quienes daban la señal para las entradas. Con el crecimiento de las orquestas y la complejidad de algunas piezas se volvió indispensable esta figura. Cabe mencionar que el uso de la batuta se introdujo en la primera mitad del XIX por los compositores y directores Friedrich Reichardt, Car Maria von Weber y Felix Mendelssohn.
También, con el tiempo las mujeres comenzaron a tener un sitio importante siendo directoras de orquesta, entre los nombres más importantes están Simone Young, Victoria Bond, Anne Manson, Sian Edwards y muchas más.
En mi experiencia como espectadora he podido presenciar cómo el público prefiere un director sobre otro. Incluso he oído comentarios como “Ese director no me cae bien”. En la sala Nezahualcóyotl, he tenido la oportunidad de sentarme en el coro solo para presenciar la relación que establecen los directores con los músicos. Resulta ser una de mis partes favoritas de ir a la orquesta pues una mirada o una forma de respirar comunica qué requiere cada momento en la interpretación.
Entre los nombres de mis directores predilectos están sin duda Massimo Quarta quien 2017 asumió la dirección artística de la OFUNAM y, debo decir, quien le dio un giro maravilloso a esta orquesta posicionándola como una de las mejores de México.
Otro de los directores reconocidos que tiene nuestro país es Carlos Miguel Prieto, titular de la Orquesta Sinfónica Nacional y de la Orquesta Sinfónica de Minería, quien además de su absoluta preparación como músico interactúa de forma muy especial con el público haciendo muy amenos los conciertos.
Uno de los nombres femeninos de directoras de orquesta que más admiro es Elim Chan, directora titular de la Orquesta Sinfónica de Amberes desde la temporada 2019-2020, así como directora invitada principal de la Real Orquesta Nacional de Escocia desde la temporada 2018-2019. La hemos visto dirigir la OFUNAM y nos ha dado conciertos memorables.
Entre mi lista de deseos estaría poder ver dirigir al venezolano Gustavo Dudamel o al inglés Simon Rattle. Y entre mis sueños imposibles estaría poder haber visto a Leonard Bernstein. Sin duda, aunque tengamos piezas memorables, podemos escuchar diferentes esencias cuando la batuta de un director está en acción.