En la música rondan maldiciones, en el rock, por ejemplo se habla del número 27, ya que algunas estrellas de este género murieron a esa edad, tal como Kurt Cobain o Amy Winehouse. Así en la música clásica también hay una maldición, la de la novena sinfonía.
La novena de Beethoven es una obra icónica de la música clásica, puedo asegurar que todos la conocemos en mayor o menor medida. Después de esta obra, se sabe que el compositor de Boon no pudo concluir su décima y murió. Así nació el temor o quizá la superstición de que ningún compositor podría escribir una décima.
Mahler fue el primero en hacer visible esta “coincidencia” con uno de sus contemporáneos: Bruckner, pues se cree que falleció justamente antes de terminar su novena. No obstante, los estudios de la obra del compositor de Viena revelan, actualmente, que el verdadero número de sinfonías de Bruckner son once.
El mismo Mahler quiso jugarle una trampa a la maldición y en vez de incluir en el título de una de sus obras la palabra “sinfonía”, la nombró poema sinfónico. Esta obra en realidad sería la octava. Así cuando estaba haciendo la octava, la siguiente obra sería la novena y de hecho cuando hizo la décima, Mahler falleció.
Otro nombre que podría aludir a la maldición es Dvorak, famoso por su novena sinfonía, Sinfonía del nuevo mundo. Tal pareciera que Dvorak tiene nueve sinfonías, no obstante, hay una imprecisión en su obra, ya que la novena de Dvorak en realidad es la número cinco. La vaguedad surge porque hasta después de su muerte comienzan a enumerar su obra y muchas de estas fueron consideradas sinfonías.
Se cree, por su parte, que Vaughan Williams compuso nueve sinfonías y que después de esta falleció. Este caso nos deja ver otra imprecisión pues, Williams solo tiene ocho y un trabajo sinfónico coral que no tienen estructura de sinfonía.
Schubert tienen nueve sinfonías, sin embargo si buscamos la obra de este compositor nos daremos cuenta que no existe una titulada como la séptima, así que la maldición no se cumple ya que solo tiene ocho.
Estos son algunos nombres que se han asociado a la maldición ya que otros autores, posteriormente, compusieron menos o más de nueve sinfonías. Recordemos que una sinfonía es una composición compleja, quizá por ello no hay tantos autores que tengan más de nueve. No obstante es importante vislumbrar que tras la sombra de Beethoven sí hubo un miedo, al menos en la época romántica y posromántica de superar al maestro en número de sinfonías y por supuesto, diría yo, en superarlo en honor y genialidad.
En portada Gustav Mahler