Decían que Zacatecas era el único estado en semáforo naranja, pero creo que esto debería cambiar a un muy triste semáforo negro, pues se ha marchado uno de sus pintores más brillantes, y eso que en Zacatecas ha habido muchos destacados.
Manuel Felguérez era una mirada creativa y francamente contemporánea de la realidad, un innovador absoluto cuyas obras abrieron horizontes distintos. Eternamente joven, veía la vida con una fuerza sorprendente para un adolescente de 90 años.
Lo conocí durante una exposición y más tarde pudimos intercambiar opiniones para una entrevista. Es sin duda uno de los pintores mexicanos que más pueden decir sobre el cambio de siglo, porque su obra se desprende de nuestros pintores tradicionales y viaja a planetas distintos, incomprensibles para muchos. Además de su capacidad estética, Don Manuel fue un apoyo para muchos artistas, la imagen que conservo de cuando tuvimos la oportunidad de entrevistarlo para Mexicanísimo es excelente, la de un hombre sensato, con gran apertura y opiniones frescas sobre los múltiples nuevos caminos que seguía México como país y como fuenta de creatividad. Fue memorable acompañarlo a visitar una de las exposiciones de Zona Maco, donde se presentan nuevas interpretaciones artísticas —algunas de ellas muy cuestionables— y, sin embargo, Felguérez se asomaba de manera casi juvenil para buscar explicaciones a cada trabajo y a la técnica elegida por los autores. Su apertura fue para mí un claro ejemplo de la frescura con la que debemos recibir los nuevos lenguajes, sin dar opiniones preestablecidas o descartar de antemano aquello que no comprendemos.
Creador Emérito de México, medalla de Bellas Artes, fue reconocido en el mundo y multipremiado por las salas de exposición más importantes del género abstracto del planeta. Experimentador constante, su museo es un sitio que vale la pena visitar, ubicado en Zacatecas, en un antiguo seminario que también fue prisión y hoy enorgullece a todo México, donde se concentra buena parte del arte abstracto de uno de sus grandes artistas, además de hospedar frecuentes exposiciones internacionales de primer nivel, como la Colección de Osaka, que tiene ahí su hogar permanente. Su visita es indispensable.
Don Manuel nos dejó el fin de semana, al arte mundial le hace falta desde ya una pieza fundamental de cara al futuro. Y sí, Zacatecas y todo México deberíamos estar en samáforo negro.