En nuestro país, la canción conocida como “de protesta” no ha tenido tantos expositores de renombre como en otros países de América Latina. Habría que analizar las causas. Sin embargo, algunos de los más conocidos son sobresalientes y, sin duda, un lugar entre ellos, el más destacado, lo tuvo Óscar Chávez, el caifán mayor, vocero de los movimientos sociales durante más de medio siglo.
Hablar de Chávez es viajar a los tiempos terribles de Díaz Ordaz, de Echeverría, pero también de la aparición del zapatismo. Aún en la actualidad su voz resuena para hacer escuchar la de una sociedad lastimada, era la voz de los olvidados que quejándose con fuerza, con gracia, con ritmo, con ironía y con absoluta claridad.
Nacido en la Ciudad de México en 1935, Óscar es parte de la historia musical de este país. En otra de sus facetas, fue actor y es recordado por su participación en una película que se convirtió en un referente de la descomposición social de la capital: Los caifanes, pero el reconocimiento social llegó gracias a su consistencia, a su compromiso y al valor con el que interpretaba un género casi prohibido llamado de manera despectiva “canciones de protesta”, en una época donde protestar podía causar muchos problemas.
Por ti, Macondo, La casita, Román Castillo, La Mariguana, y síganle contando, canciones que lo destacaron, con un tono de voz muy particular, ligeramente rasposo pero profundo, porque su capacidad interpretativa era excelente y la fuerza que imprimía a sus palabras no dejaba indiferente a los escuchas ni a los poderosos que renegaban del cantante y compositor.
Óscar Chávez es, en definitiva, un personaje Mexicanísimo, uno de esos nombres valiosos en el arte que serán recordados, además de su capacidad, como integrante de los más famosos que sucumbieron en esta pandemia. Acércate a su música, vale la pena.