La vida se ha puesto ajetreada estos días. Hay muchas noticias a nuestro alrededor, bastantes cambios y en este movimiento impetuoso, a veces solo nos queda tomar una taza de té.
El té, a diferencia del café, representa para mí un momento de tranquilidad, uno para poder sentarte a la mesa y ver cómo la infusión comienza su magia. Las infusiones, desde pequeña, han acompañado mi vida. Mis abuelos siempre tenían un té para todo mal. Mi abuelo, por ejemplo, tenía un té milagroso para la gripa. Sin duda son remedios que traen consigo mucho apapacho.
Es por eso que te recomiendo que te apapaches un poco. Me parece que es una buena idea recordar los beneficios de las tradiciones mexicanas que nos heredó la herbolaria.
Por ejemplo, el té de manzanilla es increíble para los dolores de estómago. El té de jengibre, aunque a algunos no les encanta su sabor porque es un poco amargo, con algo de miel es fantástico para la tos y para el dolor de cabeza, también da mucha energía si lo tomas desde la mañana. El té de manzanilla y canela resulta excelente para los cólicos menstruales.
Particularmente, me gustan las tisanas y puedes encontrar algunas con muchas raíces y flores, te van a relajar mucho. Cada té tiene una propiedad. Ya sea que necesites un remedio de abuelita o solo un momento de paz, te recomiendo una taza para hoy.