Inés Amelia Camelo Arredondo nació en Culiacán, Sinaloa el 20 de marzo de 1928 y murió el 2 de noviembre de 1989 en la Ciudad de México. Perteneció a la llamada Generación de Medio Siglo, también conocida como grupo de la Casa del Lagoo grupo de la Revista Mexicana de Literatura; integrada por personajes como Huberto Batis, Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, Salvador Elizondo, Tomás Segovia, etc. Esta generación tuvo gran influencia de Jorge Cuesta 一Inés realizó su tesis de licenciatura sobre él; más tarde fue publicada como libro一, y los demás Contemporáneos; además de Sade, Georges Bataille, Antonin Artaud, Lautréamont, Ezra Pound, Paul Valéry, entre otros que con sus temas sobre muerte, erotismo, locura, perversión y lo prohibido dieron al grupo una gama inmensa de producción.
Arredondo publicó tres volúmenes de cuentos: La señal (1965), Río subterráneo (1979) y Los espejos (1988). Pese a la gran distancia temporal, los tres comparten su temática pues la muerte, el mal, la perversión, el amor, la pasión, la pureza, las relaciones enfermizas y el erotismo se encuentran presentes en su cuentística. Su incursión en la Generación de Medio siglo le permitió trabajar con otras posibilidades de tratamiento de la sexualidad y tematizar lo moral.
Así, en muchos de los cuentos podemos ver una serie de personajes nada fuera de lo común. Son seres que llevan una vida estática, pero en algún momento de la narración les ocurre algo que rompe con el statu quo. Se transgrede su cotidianidad, no vuelven a ser los mismos. Y son justamente estas acciones las que los conducen y obligan a seguir un camino que muchas veces no termina en las mejores condiciones.
Para establecer una relación entre el bien del mal, Arredondo se vale de dicotomías como puro/impuro, permitido/prohibido, culpa/pecado, correcto/incorrecto y el uso de éstas permite al lector experimentar el mal no como ausencia de bien, sino como constitutivo del ser humano. Los cuentos de Inés Arredondo invitan a reflexionar no solo sobre la naturaleza de los personajes sino la de nosotros mismos.